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El juez fijará las condiciones del divorcio de Paul McCartney

Incapaces de llegar a un acuerdo, los términos del divorcio de Paul McCartney y Heather Mills serán decididos directamente por el juez. Los medios empiezan a frotarse las manos porque si la decisión del juez Bennet -que tiene hasta tres meses de plazo para pronunciarse- es recurrida, el caso llegará al Tribunal de Apelación, en el que no funciona el secreto al que tienen derecho las partes cuando el litigio se tramita, como ahora, en un juzgado de familia.

Paul y Heather, que se casaron en 2002 y se separaron en 2006, llevan meses enfrentados acerca del divorcio. Aunque parece que hay ya un acuerdo en torno a la tutela de Beatrice, la hija de cuatro años de la pareja, no hay acuerdo ni sobre el dinero ni sobre la cláusula de confidencialidad que quiere imponer el ex Beatle para impedir que su ex esposa publique en el futuro detalles íntimos y probablemente escabrosos de su breve pero al parecer tormentosa relación.

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Heather Mills, que es tratada con poco disimulada antipatía por los medios británicos, aspira a batir el récord de 63 millones de euros que el año pasado tuvo que pagar el hombre de negocios John Charman. Se estima que la fortuna de Paul McCartney se acerca a los 1.100 millones de euros. La ex modelo sonrió ayer a los medios al abandonar los juzgados. Paul McCartney no acudió a la cita.

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