La pareja perfecta
Kanouté y Luis Fabiano, puntas del Sevilla, rompen la defensa del Espanyol en diez minutos
Dos errores infantiles sentenciaron al Espanyol. Se durmió de buen inicio y Zabaleta, despistado, se expulsó cuando el arreón blanquiazul agrietaba al Sevilla, que penalizó con efectividad tremenda las debilidades rivales. Obra y arte de Kanouté y Luis Fabiano, pareja perfecta que aupó al Sevilla y diluyó al Espanyol en sus intenciones europeas.
Cuenta el Sevilla con una dupla de delanteros de las que quita el hipo. Luis Fabiano y Kanouté forman una dúo tan compenetrado como lo fueron en su día El gordo y el flaco (Laurel & Hardy). Revolotean, incordian, se permutan las posiciones y se entienden de rechupete. Cada uno con sus funciones; los dos con la portería adversaria en el entrecejo. Y no hay defensa que se les resista. Entre los dos suman 26 goles en la Liga. Y eso que Kanouté se marchó a Ghana para disputar la Copa de África. Ya ha regresado y el Sevilla, aliviado, se relame de regocijo.
ESPANYOL 4 - 2 SEVILLA
Espanyol: Kameni; Zabaleta, Jarque, Serrán, Clemente (Chica, m. 46); Moisés Hurtado, De la Peña; Valdo, Luis García, Riera (Corominas, m. 74); y Ewerthon (Jonathan Soriano, m. 61). No utilizados: Javi Ruiz; Ángel, Rufete y Lola.
Sevilla: Palop; Adriano, Mosquera, Escudé, Dragutinovic; Navas, Maresca, Poulsen (Fazio, m. 81), Capel (Duda, m. 90); Luis Fabiano (Koné, m. 88) y Kanouté. No utilizados: De Sanctis; Renato, De Mul y Alfaro.
Goles: 0-1. M. 6. Luis Fabiano. 0-2. M. 10. Kanouté. 1-2. M. 40. Luis García. 1-3. M. 73. Poulsen. 2-3. M. 75. Coro. 2-4. M. 77. Capel.
Árbitro: Delgado Ferreiro. Amonestó a Zabaleta, Poulsen, De la Peña, Valdo, Navas, Serrán y Adriano. Doble amarilla a Zabaleta (m. 65).
21.910 espectadores en Montjuïc.
El conjunto blanquiazul prosigue su declive sin frenos y flaquean sus ilusiones europeas
Desvencijado, el Espanyol prosigue en su declive sin frenos. No gobierna los duelos, se enreda con el cuero entre los pies y se pierde a la hora de manejar los tiempos del partido. Ante el Sevilla, remolón en el inicio, no se sacudió de encima los defectos. Con un juego lento, sin otra alternativa que apoyarse en el costado izquierdo, donde Riera se atrabanca con tantos regates porque no encuentra líneas de pase, el equipo parece haberse oxidado. Anoche, además, fracasó desde la línea defensiva, en los marcajes. Un error definitivo frente a Kanouté y Luis Fabiano, sociedad prolífica y certera.
De carrocería excelente, Kanouté se pelea con todos. Es un recurso fantástico en el juego directo; no hay pelota que no baje y la juegue de espaldas a la portería. Tiene barcas como pies, pero rema de una forma elegante y suave. Luis Fabiano, intuitivo, recoge los frutos de su compañero: busca siempre la prolongación; atiende al palo contrario que Kanouté; y entra desde atrás cuando el otro arrastra a los defensas con sus caídas a la banda. Y, con sus botas afiladas, remacha de maravilla -es el pichichi con 17 dianas. Kanouté ensanchó el campo, recibió un pase al hueco y centró raso al palo opuesto, donde Luis Fabiano resolvió. Jarque y Clemente, descolocados, les perseguían enrojecidos. Acto seguido, Luis Fabiano cayó al costado izquierdo y puso el cuero al centro. Kanouté lo punteó. Diez minutos, dos goles y partido liquidado. O casi.
Orgulloso, el Espanyol no se entrega nunca. Su ADN es competitivo y, a falta de toque, tira de rabia. Algo que se contagia y deriva en un fútbol directo. Apareció Valdo por el ala derecha, despertó Luis García con las llegadas desde la segunda línea y azuzó el duelo De la Peña con sus asistencias expresivas y milimétricas. Lo pelat leyó la carrera de Zabaleta, que se cruzó el campo y centró al segundo palo. Luis García, desde atrás, llegó para empujarla. Un tanto que soliviantó el duelo. Un mano a mano de Luis García, un córner olímpico de De la Peña....y una expulsión de Zabaleta. Historia acabada. O casi. Poulsen acompañó un contragolpe y su disparo rebotó en Serrán antes de acabar en gol; Corominas, como respuesta, empalmó un balón a la salida de un saque de esquina.
En Montjuïc faltó Alves por la derecha. Pero no se le echó en falta. Kanouté y Luis Fabiano se las arreglan solitos.
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