El boquerón ya no es de Málaga
La sobrepesca y el calentamiento del mar llevan al 'rey del pescaíto frito' a desaparecer de los mercados de abastos
El boquerón malagueño ya no es malagueño. El engraulis encrasicholus, mucho más plateado, de carne más blanca que los boquerones del Atlántico, de menor talla, con más brillo y sin tonos rojizos en ojos y agallas, apenas si se encuentra en los mercados de Málaga. Varias son las razones que han provocado la casi total desaparición del rey indiscutible del pescaíto frito malagueño. Y en casi todas aparece la mano culpable del hombre.
La sobreexplotación del caladero malagueño viene de antiguo. Donde antes se extraían hasta 10.000 toneladas de boquerón al año ahora apenas si se llega a las 500, a pesar de las paradas paradas biológicas en primavera y de los controles para evitar malas artes de la flota pesquera. La pesquería del boquerón se mantiene a niveles muy bajos ininterrumpidamente desde 2002, incluso en los meses propicios de la campaña, de septiembre a diciembre.
Otro agravante de la situación es la subida de la temperatura del agua del Mediterráneo a causa del cambio climático. En los últimos 50 años el la temperatura del Mediterráneo ha subido entre los 0,12 grados centígrados y los 0,5. A esto se suma el aumento de la salinidad del mar a causa de la escasez de lluvias y del descenso de las aportaciones de agua dulce de los ríos. "No sabemos a ciencia cierta las causas que han provocado la caída en picado de la población de boquerón. Este año no hemos podido hacer el estudio habitual sobre pelágicos en el Mar de Alborán", señala Ana Giráldez, coordinadora de pelágicos del Centro Oceanográfico de Málaga.
Y es que el boquerón gusta de moverse donde se mezclan el agua dulce y la salada. El incremento de la salinidad merma las especies que componen su dieta -plancton, larvas de moluscos y pequeños crustáceos- y, por si fuera poco, propicia el desarrollo de sus depredadores, como el jurel y la caballa. Teoría o realidad, lo cierto es que casi ningún boquerón que llega a la mesa de los malagueños es autóctono. "A veces nos las hemos deseado para encontrar un boquerón malagueño en la lonja para realizar los muestreos", indica Giráldez.
Coquinas y chanquetes
"Esto no es novedad", asegura Miguel Ángel Segado, pescadero en el mercado de Atarazanas de la capital desde hace 30 años. "Hace ya años que escasea y la cosa va a peor. Los que entran vienen de Castellón, Tarragona, Grecia o de Italia; de Málaga pocos. Ahora lo que hay es mucho jurel, sardina y caballa, y estos se comen a las crías del boquerón", cuenta Segado.
El pasado jueves, después de una semana sin pescado de Málaga debido al amarre de la flota por el fuerte temporal de levante, Segado vendía boquerones de Castellón a siete euros el kilo, aunque su precio un día normal ronda los cuatro o cinco euros. "Cuando entran los de Málaga se pueden vender a más de 10 euros el kilo sin problemas", apunta.
Pero no sólo el boquerón ha perdido su carné de malagueño. Otras delicias del mar que se venden en los chiringuitos como "de la bahía" proceden de otras latitudes. "La coquina y la gamba es de Huelva, los salmonetes de Calpe o de Italia y lo que se vende como chanquete -especie cuya pesca está prohibida- o son crías de otras especies o vienen de piscifactorías chinas y no valen nada", indica Ana Jáuregui, pescadera del mismo mercado mientras apila en su puesto una montaña de chanquetes chinos "congelados".
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