Media España corta el regadío para asegurar el consumo
Los embalses, en su menor nivel en una década tras cuatro años de sequía
España vive su cuarto año consecutivo de sequía. No ha llovido lo necesario, y 2007 se cerró con un 20% menos de precipitaciones que la media de los últimos 30 años. El nivel de agua embalsada es el más bajo de los últimos 10 años, las reservas no aumentan y media España ha restringido el regadío para que en verano no haya cortes de agua para el consumo humano. Así lo han establecido las cuencas del Ebro, Júcar, Segura y Guadalquivir.
El 27% del agua que se bebe en Levante es desalada, que es un 40% más cara
El presidente de la Federación de Comunidades de Regantes, Andrés del Campo, señala que "hay zonas en las que sólo se trata de salvar los frutales. En otras se van a plantar cultivos de secano, y en algunos sitios, como en el Guadalquivir, se están retrasando las comisiones de desembalse a ver si llueve. Si no, no sé qué haremos".
Daniel Martínez, de 45 años, es agricultor a tiempo parcial. En Dolores (Alicante), cultiva alcachofas y brócoli. En los últimos años, debido a la sequía, el agua no llega con alegría. El decreto de sequía, aprobado por el Gobierno, reduce a casi la mitad su dotación de agua: antes disponía de 5.000 metros cúbicos de agua al año para cada hectárea y ahora no llega a los 3.000.
La situación hubiera sido catastrófica si no llega a ser por las 160 perforaciones de pozos que ha hecho la Confederación del Segura a lo largo del cauce. "Aquí, en la parte baja del río [casi en la desembocadura], el agua es de baja calidad y tiene exceso de sal", admite este agricultor. "Así no podemos planificar qué vamos a plantar la próxima temporada, y nuestros hijos se buscan la vida en otra cosa", admite resignado.
En igual situación están los regantes del Segura, que tienen unos 3.500 metros cúbicos por hectárea y año, cuando lo normal son 5.500. Para paliar la situación, los regantes quieren comprar agua a unos regantes de Madrid y enviarla a través del trasvase Tajo-Segura, pero la Comunidad de Madrid, del PP, y la de Castilla-La Mancha, del PSOE, se oponen.
A pesar de ello, el abastecimiento humano de Murcia y Alicante aún no nota los efectos de la sequía. El comisario de aguas de la Confederación del Segura, Manuel Aldeguer, admite que éste es el año "más seco de los 78 años de los que se tienen datos". El abastecimiento se garantiza mediante pozos que aportan (123,8 hectómetros anuales para riego, cada hectómetro es un volumen como el estadio Santiago Bernabéu). Además, la mancomunidad que abastece a más de 70 municipios ha comprado 70,60 hectómetros a regantes de Madrid y de las desaladoras de San Pedro del Pinatar (Murcia) y la de Alicante I se obtienen 74 hectómetros cúbicos anuales del mar.
De los 226 hectómetros anuales que utiliza la Mancomunidad de Canales del Taibilla, que se encarga de abastecer de agua potable a 79 municipios de Murcia y sur de Alicante, 60 procedían de desaladoras. "Sin las desaladoras y los pozos hubiéramos rozado el desastre", admite Aldeguer, ya que el río Segura se hubiera secado en varios tramos.
El 27% del agua que consumen los 2,5 millones de personas que abastece el Taibilla proceden de las tres desaladoras. "Nos han permitido acabar con el déficit de recursos que arrastramos desde 2000", admite Isidoro Carrillo, presidente de la Mancomunidad, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. Éste afirma que por primera vez, pese a la sequía, "los recursos asignados superaran ligeramente la demanda".
Pero garantizar el agua con desaladoras tiene su coste. El precio del agua ha aumentado un 40% en cuatro años. El metro cúbico se pagaba en 2003 a 31 céntimos de euro y ahora llega a 43,26 céntimos. El resto de aportaciones de la Mancomunidad proceden en un 17% del río Taibilla y en un 56%, del trasvase Tajo-Segura. Jaime Palop, director general de Agua, concluye que "se está gestionando bien y no hay restricciones". Con desaladoras el ministerio pretende "blindar" el litoral mediterráneo para evitar que dependa de la lluvia o de los trasvases, según Palop.
Lejos del mar, la sequía angustia. La Comisión de la Sequía del Ebro se reunió el lunes y adoptó medidas de ahorro. Sus reservas están al 46%, y el año pasado eran del 58%. "Nuestra última esperanza es la primavera; si no llueve abundantemente en tres meses, será terrible", vaticinan. Ante este panorama, el Ministerio de Medio Ambiente perfora pozos, fomenta los trasvases y firma acuerdos de cesión entre regantes.
En Cataluña se preparan para recibir este verano agua en buques desde la desaladora de Carboneras y ha limitado el uso del agua que no sea para consumo humano.
El otoño más seco en 50 años
Hace más de 20 meses que no llueve en las cuencas internas de Cataluña, en los ríos Ter y Llobregat. Sus pantanos están al 22%. Los embalses de la cabecera del Tajo (Entrepeñas y Buendía) acumulan sólo un 11%, y de ellos depende el abastecimiento de más de 2,5 millones de personas de Alicante y Murcia. Los últimos datos del Ministerio de Medio Ambiente confirman que la reserva media en los embalses de la Península es del 44%, con casi 1.000 hectómetros cúbicos menos que hace un año y 2.000 menos de la media anual en estas fechas. La cuenca del Segura está al 18%, la del Júcar al 21% y la costa mediterránea andaluza, al 27%.El último otoño y el actual invierno están siendo los más secos desde mediados del siglo XX en el arco mediterráneo, en la cuenca del Guadalquivir o en la margen izquierda del Ebro. Esa escasez de lluvias está siendo muy acusada en la cuenca del Duero, que no vivía una situación semejante desde 1947, según un informe del Ministerio sobre la sequía. "No hay que generar alarma, faltan tres meses en los que debe llover mucho", explica Jaime Palop, director general del Agua.El problema es que en un año normal la reserva comienza a remontar en octubre y alcanza el máximo en abril; pero en el último otoño las reservas no sólo no aumentaron, sino que disminuyeron, y ahora en tres meses se tiene que recuperar el déficit.
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