"Me siento un preso fuera de la cárcel"
Alonso se declara liberado y asume "el peso" de desarrollar el coche para arañarle décimas a Ferrari y McLaren
Fernando Alonso se sentía bien. Sonreía como el año pasado en Valencia, en la presentación de McLaren, pero de forma más franca. Estaba más tranquilo, hablaba pausadamente, pensando las respuestas, se sentía en un ambiente familiar. Y era consciente de que en dos meses se ha convertido en la estrella de Renault. El asturiano fue el eje central sobre el que giró la presentación en París del nuevo R28, en el que tanto él como Renault han puesto sus esperanzas para regresar a la senda de los títulos mundiales de 2005 y 2006.
La fiesta no tuvo nada que ver con la que montó Ron Dennis en Valencia hace un año para celebrar el ingreso de Alonso en McLaren. Al contrario. Todo resultó más sencillo y personal: unos 500 periodistas en la sala de actos de la Dirección de Comunicación de Renault, cerca del Bosque de Bolonia, con luces de colores en el escenario, un vídeo sobre el trabajo del equipo y la presencia del presidente de la compañía, Carlos Ghosn, y del presidente del equipo de F-1, Bernard Rey. Y, cómo no, con la aportación de un Flavio Briatore capaz de dar un vuelco al equipo.
"No estamos ni mucho menos a la altura de los punteros. Al coche le doy un 6"
"Siempre me gustó cambiar piezas. Tengo un mecánico dentro", dijo el piloto español
"El propio Flavio reconoció que la pasada temporada había sido un desastre y fuimos terceros en el campeonato de constructores", indicó Ghosn. "Así que este año será fácil elevar el listón. Eso significa entrar entre los dos primeros". Tenía una sonrisa en la boca y Briatore le contestó con otra. Aquello precedió el gran momento de la tarde: la entrada en el escenario de Alonso y su compañero de equipo, el brasileño Nelsinho Piquet.
"El coche es bueno", reconoció Alonso, "pero no estamos ni mucho menos a la altura de los equipos más punteros. Queda mucho trabajo por hacer. Y el mes de febrero va a resultar crucial para el desarrollo del coche". El Mundial comienza el 16 de marzo en Melbourne.
En Renault hay una dosis extra de motivación por el regreso a casa de Alonso. "Se lo prestamos un año a McLaren", comentó Briatore. "Y ahora ha regresado y todos estamos contentos de tenerle de nuevo entre nosotros. Me parece distinto después de este año en McLaren. Ha madurado, le veo más focalizado en su trabajo. Y más responsable. Su presencia nos motiva a todos porque sabemos que él dará el 100% y el resto también querrá darlo. Pero lo más importante para mí es que le veo feliz". Cuando le preguntaron si sería considerado el número uno en el equipo, Briatore no fue por las ramas: "No le habríamos fichado si no hubiéramos querido darle el trato que se merece como doble campeón mundial. Él sabe su papel y Nelsinho está muy satisfecho por poder aprender al lado de Fernando".
Hasta ahora, el R28 no ha mostrado nada. Sólo ha pisado la pista una vez en Valencia y todo era apariencia. Detrás de aquel chasis de colores blanco, amarillo, azul y naranja no estaban aún las piezas adecuadas. "En Valencia sólo nos interesaba comprobar el estado del coche: si podía resistir un largo recorrido sin averías, si funcionaban los frenos, el motor, la caja de cambios, y si no había mucho subviraje. Ahora es cuando vamos a incorporar las nuevas piezas y cuando sabremos nuestro nivel", dijo Briatore.
Alonso, de 26 años, asume su papel. "Tenemos a dos pilotos de pruebas que ni se han subido al coche [Romain Grosjean y Lucas di Grassi], y a Nelsinho, que apenas tiene experiencia en F-1. Sé que deberé cargar a mi espalda el mayor peso del desarrollo del coche. Pero eso me gusta. Es una de las partes que más aprecio de mi trabajo. Y creo que tengo un ingeniero o un mecánico en mi interior. Siempre me ha gustado cambiar piezas y hacer pruebas en todos mis coches", afirmó Alonso.
El español aseguró el año pasado que había aportado unas seis décimas de mejora a McLaren y ni Dennis, ni Haugh pudieron desmentirle. "No sé cuánto podré aportar este año. Pero espero que sean algunas décimas. Sin embargo, no sé si será suficiente. Ahora mismo estamos lejos de Ferrari y de McLaren. Al coche le pondría un seis. Es mucho mejor que el de 2007, pero los demás también han mejorado. Si quedaran 15 días no habría tiempo. Pero queda más de un mes. En marzo estaremos mucho más cerca, habremos restado algo de este medio segundo que nos lleva Ferrari. Comenzar en Australia en las condiciones actuales sería muy triste. Espero que allí estemos a tres o cuatro décimas de los grandes".
El español no quiere ya hablar de la negativa experiencia que la pasada temporada vivió en McLaren. "Al final", reconoció, "lo importante es sentirse feliz y a gusto. Y aquí lo estoy. No voy a hablar de Hamilton ni de otras tonterías que se han dicho", afirmó. Sin embargo, el piloto confesó luego en Telecinco que se sentía "como un preso que sale de la cárcel".
Alonso ha recuperado la ilusión. "Estoy muy motivado. Tengo ganas de madrugar para ir a las pruebas [hoy se entrena en Montmeló], de mejorar el coche. Sé que todo lo que propongo se prueba y si funciona se aplica". Sólo queda que el R28 acabe funcionando.
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