Internet se sube al tren
Los ingenieros acaban de allanar el camino para que pronto sea factible conectarse a Internet desde algunos de los principales medios de transporte. Trenes, barcos y aviones son los escenarios para los que se ha definido un nuevo estándar de conectividad abierto (no será propiedad de ninguna empresa desarrolladora) y de carácter internacional cuyas principales características técnicas fueron aprobadas recientemente en Ginebra (Suiza).
El estándar permite la comunicación entre un proveedor de Internet y, por ejemplo, el usuario de un portátil WiFi que vaya montado en un tren de alta velocidad. La conexión entre ambos puntos se realizará a través de satélites.
"Una posible aplicación de este material sería en células solares"
"La transmisión por agujeros muy pequeños se da en luz y en sonido"
El consorcio internacional Digital Video Broadcasting (DVB), que agrupa a empresas, grupos de investigación e instituciones de 35 países, es quien está detrás del nuevo estándar, llamado DVB-RCS+M.
De los tres medios de transporte para los que se ha concebido el estándar, el más complicado de definir técnicamente ha resultado ser el tren, ya que el mantenimiento de una conexión continua ha de enfrentarse a obstáculos como el paso por catenarias (las estructuras que sustentan los cables eléctricos sobre las vías) y por túneles. Todas estas dificultades no existen en el caso del avión o el barco. En la solución de la conectividad con los trenes ha participado activamente María Ángeles Vázquez (Vigo, 1969), que lidera el Grupo de Comunicación Inalámbrica del Departamento de Telecomunicaciones de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Catenarias y túneles
"Para resolver el problema de las catenarias y los túneles", explica Vázquez, "lo que hará el servidor de Internet es, antes de transmitir a un usuario, por ejemplo, la página web que ha pedido, la almacenará toda y la codificará, mezclando los diferentes paquetes de bits de los que se compone y acompañándolos de información redundante. Cuando el receptor central del tren reciba los datos, los decodificará mediante algoritmos matemáticos. De esta forma, aunque se pierda algún paquete de datos al pasar por algún obstáculo, serán pérdidas muy aleatorias y el receptor, gracias a la redundancia, las podrá identificar y reconstruir con facilidad".
A cambio de esta integridad de la comunicación, el usuario ha de aceptar una pequeña incomodidad: "Hay una demora en la respuesta a la petición de datos provocada por el tiempo empleado en el almacenamiento y la codificación, pero es inevitable físicamente si queremos librarnos de las pérdidas de información, y se ha optimizado para que sea la mínima posible; eso sí, no hay que confundir esta demora con lentitud en la bajada de datos, que no tiene por qué existir". En cuanto a los plazos, "la tecnología de conexión podría empezar a instalarse ya este año, aunque el calendario está en manos del mercado", explica la experta.
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