Irak y la economía centran el último gran discurso de Bush
El presidente cae a su peor nivel de popularidad, según las encuestas
La de anoche puede que fuera la última oportunidad de George Bush de atraer la atención de un público que quiere pasar página y vive centrado en quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca. Con su peor nivel de popularidad, situado en el 32% según la última encuesta de The Washington Post-ABC News, el presidente comparecía ante la nación a las ocho de la tarde (seis horas más en la España peninsular) en su último discurso sobre el estado de la Unión.
No se esperaba un repaso a sus ocho años en el poder, según dejó entrever por la mañana su portavoz, Dana Perino. El mismo presidente reconocía días atrás en una entrevista con el diario USA Today que no pensaba entrar en "sentimentalismos" sobre sus años en el Despacho Oval porque "hay todavía mucho que hacer como para quedarse enquistado en el pasado". Así que con menos de 12 meses de permanencia en el poder, el impopular presidente pretendió anoche glosar sus logros: el empujón dado a la economía y la buena marcha de la guerra en Irak.
Ésa era su intención. Aunque una vez más los porcentajes se empeñan en llevarle la contraria. La última encuesta de opinión citada anteriormente refleja que sólo el 30% de los ciudadanos aprueba su gestión de la guerra y sólo un raquítico 28% da el visto bueno a su manejo de la economía (hace un año era el 41%). Según The Wall Street Journal, su popularidad es tan baja que sólo Harry S. Truman, Richard Nixon y Jimmy Carter dejaron la presidencia con peores niveles que Bush.
Ante este panorama, el presidente pensaba declarar anoche un enemigo: el Congreso. Un Congreso al que anoche exigiría una reforma de la Seguridad Social y de la ley de inmigración. Y un Congreso del que reclamaría aprobar ayudas económicas y hacer permanentes ciertos recortes fiscales. [El Pentágono anunció ayer que Bush pedirá al Congreso 70.000 millones de dólares para financiar la guerra de Irak y Afganistán en 2009].
Pero quizá la pregunta que todo el mundo tendría en mente y que con gran probabilidad se quedaría sin responder por el comandante en jefe es la fecha en la que comenzará el repliegue de tropas prometido de los 160.000 hombres a 130.000 antes de mediados de verano. Según los consejeros de la Casa Blanca, Bush esperará a primavera para tal anuncio, cuando tenga sobre la mesa el informe del general en Irak, David Petraeus, sobre la situación sobre el terreno.
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