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Crítica:MÚSICA BRASILEÑA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una guitarra amiga

Toquinho pasó 17 años sin tocar en Barcelona, pero está recuperando el tiempo perdido a marchas forzadas. El viernes regresó al Palau por tercera vez en tres años y lo mejor y lo peor que puede decirse de su nuevo concierto es que fue un calco de los anteriores.

Bueno, exactamente idéntico no, porque esta vez no acudió la pianista que tanto había animado las dos actuaciones precedentes. Nadie la echó de menos porque el público a quien quería ver era a Toquinho. Y, como quedó claro, lo que quería además era que Toquinho fuera idéntico a sí mismo, sin novedades ni alteraciones de guión.

Y Toquinho cumplió con creces. Tocó la guitarra con su maestría habitual (soberbio su repaso a varios temas populares) y cantó con poca voz compensada con calor y sentimiento. Explicó las mismas anécdotas de siempre, recordó a sus maestros (Vinicius de Moraes, Baden Powell, Tom Jobim) y amigos (Joan Manuel Serrat) y repasó toda la historia de la música brasileña contemporánea (Garota de Ipanema, Chega de saudade, Berimbau, Mahana de carnaval, etcétera) en un viaje sin sobresaltos, pero cargado de ritmo y, sobre todo, de ternura, que concluyó, como todo el mundo esperaba, con su eterna Acuarela.

TOQUINHO

Festival del Mil·lenni. Palau de la Música.

Barcelona, 25 de enero.

La suya es una guitarra amiga con la que puedes pasar buenos momentos pero que, tras tanto tiempo de convivencia, ya sabes que no te provocará ninguna sorpresa.

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