A mejor defensa, peor ataque
Rijkaard se queja de la falta de gol en un equipo cuya zaga remite a la época de Venables
El Barcelona defiende mejor que ataca, algo que en un equipo que pasa por ser uno de los más ofensivos del fútbol resulta sorprendente, y más si se atiende al cartel de delanteros con el que se presentó: Messi, Ronaldinho, Eto'o, Henry, Giovani, Bojan, Gudjohnsen y Ezquerro.
Rijkaard siempre ha defendido el ataque como la mejor defensa, por mucho que italianizara la figura del medio en busca del equilibrio y que ahora, necesitado de puntos, haya rebajado el vuelo de los laterales mientras la línea de zagueros da un paso atrás cuando no tiene el balón. "Defendemos más cerca del área, por eso puede parecer que nos llegan más; sólo es una impresión", explica Valdés, el portero menos goleado y que suma cuatro partidos sin encajar un tanto "El valor defensivo, de todas maneras, esconde otras cosas", observa el entrenador.
"No hace falta que cuando intentemos marcar un gol sea una obra de arte"
Satisfecho por el rendimiento defensivo -"siempre hemos sido de los equipos que menos goles hemos encajado; tenemos buenos jugadores, buenos defensas"-, Rijkaard descarta que el mérito tenga un nombre: "No es achacable a Milito, que está siendo un jugador muy importante; no es sólo cosa de una persona; toda la defensa está muy metida". Y tampoco señala a Valdés: "Es el mejor portero que puede tener el Barça, uno de los mejores. Tiene carácter, mentalidad y coraje". En cualquier caso, al entrenador no le extraña saber que la de este año es, estadísticamente, la cuarta mejor defensa una vez llegados a la jornada veinte. "En los últimos cuatro años hemos sido de los equipos que menos goles ha encajado", subraya.
Únicamente en tres temporadas anteriores, el Barça había encajado menos goles que en la presente, llegada la jornada 20. No hay mejor ejercicio que el 1986-87, cuando Zubizarreta encajó 8 goles. El mítico portero de Aretxabaleta recuerda: "Fue mi primer año en el Barça y gané el Zamora, el único de mi carrera. Fue fácil entrar en aquel equipo: a los compañeros les conocía de la selección y tácticamente era parecido al Athletic". El guardameta elogia la capacidad de trabajo de aquel grupo: "Presionaba mucho el inicio de la jugada y el centro del campo era muy dinámico, ayudaba; muy inglés". "Yo ponía la calidad en aquella defensa", bromea Alexanko, que con Migueli compartió zaga en la selección antes que en el Barça. "Nos entendíamos con la mirada". También recuerda una novedad táctica impuesta por Venables: "Normalmente tratábamos de empujar al rival a las bandas y él nos corrigió. Teníamos que ir de fuera adentro". Tenía su lógica: "Si el juego iba por la banda, normalmente, el lateral se la jugaba cara a cara con un delantero; si forzábamos a jugar por el centro, le complicábamos las cosas; las coberturas eran más fáciles".
Gerardo, lateral de aquel equipo -también del de Menotti en 1982-83- señala a Víctor como el sexto hombre: "Los laterales éramos muy ofensivos porque siempre nos guardaban las espaldas. Víctor tapaba mucho". Todos coinciden en señalar que el actual Barça es muy diferente del suyo. "Entonces jugábamos como juega ahora el Sevilla", concluye Gerardo. "Nosotros tratamos de defender a partir de la pelota", insiste Rijkaard.
El axioma cruyffista -"si tienes tú la pelota es imposible que el rival te haga un gol"- sigue siendo norma de cabecera. El problema ahora es que, defendiendo bien, ha perdido pegada: un gol en los tres últimos partidos. "No señalo a nadie, pero hay que ser más solidarios, tener más movilidad, generar espacios", pide Rijkaard, al tiempo que insta a aprovechar las ocasiones. "Con los jugadores de talento y calidad que tenemos, todos quieren el balón para inventar algo, y no hace falta que cada vez que intentemos marcar un gol sea una obra de arte. Las cosas más simples son las más difíciles".
Los fantásticos son los defensas, de manera que la baja de Márquez por lesión preocupa hoy más que la recuperación de Ronaldinho. Espantado por el conflicto de egos entre delanteros, Rijkaard volvió sobre sus pasos y montó un equipo solvente a partir de la defensa. Una vez que el Barça vuelve a ser competitivo, ahora se trata de que sus figuras marquen la diferencia.
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