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Reportaje:

Morir al otro lado de la frontera

Cuatro residentes en Portugal fallecen en la A-62 al volver del trabajo en Francia

"Todos mueren de madrugada". Albano Ribeiro, del sindicato portugués SCCN, conoce bien el perfil de los que se dejan la vida en la carretera cuando cruzan a un lado u otro de la frontera entre España y Portugal para ganarse la vida. El año pasado fueron 17. En la madrugada de ayer, en Valladolid, murieron cuatro vecinos de dos pueblos portugueses, en un accidente en el que además resultaron heridos de distinta consideración otros tres portugueses y dos españoles. Los portugueses regresaban a su país desde Francia en una furgoneta-taxi. Cinco de ellos trabajaban en ese último país, mientras que otros dos, hermanos, buscaban empleo.

Eran casi las seis y media del lunes. En medio de una espesa niebla una furgoneta Renault Trafic que circulaba en sentido Valladolid se salta la mediana de la A-62, a la altura del kilómetro 165, y se estrella contra la furgoneta-taxi, una Volkswagen, que iba en dirección contraria con los siete trabajadores. Cuatro murieron en el acto. El resto, más el conductor del primer vehículo, de 21 años, resultaron heridos. Una tercera furgoneta que iba detrás de la Volkswagen se vio también implicada, y aunque no llegó a chocar con ellos, su único ocupante resultó herido leve.

Despiste del conductor

El siniestro se produjo en una zona recta y de buena visibilidad, aunque disminuida por la niebla. Miguel Alejo, el delegado del Gobierno en Castilla y León, atribuyó el accidente a un "posible despiste" del conductor de la Renault, ya que, razonó, "las colisiones con niebla se producen por alcance, no por saltarse la mediana".

El Consulado de Portugal en Salamanca y la Embajada en Madrid gestionaban ayer el traslado de los fallecidos. Cuatro de los heridos están hospitalizados con pronóstico grave y muy grave; el quinto, conductor de la tercera furgoneta, fue dado de alta. Todos los afectados tenían edades comprendidas entre los 19 y 54 años, aunque ninguno de los muertos llegaba a los 40. Los ocupantes de la furgoneta siniestrada eran trabajadores de la construcción procedentes de la región centro de Portugal. Tres de los fallecidos vivían en Figueiró dos Vinhos (distrito de Leiría), y el cuarto era natural de Angola y residía en Sazes do Lorvão, distrito de Coimbra.

Los hermanos Neutel y Martinho Almeida, de 37 y 34 años, habían ido a Francia a buscar trabajo. El conductor, también fallecido, era taxista profesional, se llamaba Diamantino Conceiçao, tenía 49 años, estaba casado y deja dos hijos. Antiguo emigrante en Francia, desde 2004 transportaba al extranjero a pasajeros que buscaban mejores condiciones de trabajo.

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"Neutel andaba sin trabajo fijo, intentó encontrar algo en Francia, se fue con el hermano. A lo que parece no lo consiguieron y estaban volviendo [cuando sucedió el accidente]", informó a la agencia Lusa Manuel Nunes, propietario de la gráfica Grafivil, donde Neutel Almeida estuvo empleado 18 años.

El perfil de los fallecidos es muy parecido al de otros accidentes similares sucedidos en los últimos años. Igual que los muertos ayer, casi todos viajaban en carrinhas (furgonetas), tenían entre 18 y 40 años y eran vecinos de poblaciones del centro y el norte del país, grandes viveros de mano de obra para la construcción española en los últimos años.

Cuanto más lejos, más riesgo. El tráfico se ha revelado como un factor mucho más peligroso que el andamio: en 2007, seis trabajadores lusos perdieron la vida en obras españolas. Las cuadrillas salen desde sus pueblos hacia el tajo los lunes de madrugada y regresan los viernes por la noche, después de jornadas laborales que según los sindicatos duran hasta 12 o 14 horas. En 2007, el Sindicato de la Construcción Civil del Norte (SCCN) lanzó una campaña de denuncia y sensibilización sobre el asunto, y pidió a los trabajadores que eviten viajar de noche. "La mayoría de las víctimas trabaja en empresas pequeñas o medianas, poco idóneas, y son transportados por empresas que muchas veces están ilegales", subraya Ribeiro.

El de Valladolid no fue el único siniestro de ayer en las carreteras. En Asturias, la colisión de un autocar, un camión y un coche en un túnel de la autovía A-66, entre los municipios de Oviedo y Mieres, causó heridas a 34 de los 48 viajeros del autocar, informa Javier Cuartas. Los pasajeros, cuyas lesiones no revisten gravedad, formaban parte de una excursión de pensionistas que había llegado a Asturias desde Palma de Mallorca y se dirigían a Astorga (León).

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