Desatado Villarreal

En su novena temporada en la élite, la octava de forma consecutiva, el Villarreal ha realizado su mejor primera vuelta del campeonato. Los 35 puntos cosechados le sitúan en la quinta posición de la tabla, a un punto del cuarto, el Espanyol, que se encuentra en el límite que da acceso a la Liga de Campeones, el ilusionante objetivo que se ha establecido el club castellonense.

A pesar de las dudas en el juego y los malos resultados sufridos por los amarillos en las últimas jornadas, a excepción de la victoria del domingo sobre el Deportivo (4-3), el técnico, Manuel Pellegrini, se siente satisfecho con lo sembrado y recogido hasta la fecha.

Sin embargo, el entrenador chileno debe de estar reflexionando respecto a las dos caras y lecturas que presenta su formación. Como si se tratase de dos realidades distintas sin conexión alguna, el Villarreal presenta números contradictorios que reflejan un patente desequilibrio. Marca casi tantos goles (34) como los que recibe (30). El balance a favor le situaría prácticamente donde se encuentra en la actualidad, siendo el cuarto equipo más anotador. Tan sólo le preceden en tan bella faceta tres equipos: el Madrid (41), el Barcelona (38) y el Atlético de Madrid (35). La capacidad goleadora del Villarreal obedece a la creatividad y la generosidad en el juego de ataque impuesta por Pellegrini e interpretada por jugadores moldeados para ello.

Paradójicamente, los amarillos reciben casi tantos goles como los que marcan

En la efectividad mostrada por el Villarreal en lo que va de temporada tiene que ver mucho la fecundidad de dos jugadores, Nihat y Rossi, aparentemente clónicos y que han combinado bien mezclándose entre ellos o con una de las dos referencias más puras en el ataque, como Tomasson o Guille Franco. Entre Nihat y Rossi llevan anotados 18 goles, siendo la tercera pareja con más gol del campeonato por detrás de la sevillista de Luis Fabiano y Kanouté (20) y la madridista de Van Nistelrooy y Raúl (19). La rápida aclimatación de Rossi al fútbol español (8 tantos) y el renacer de Nihat (10) sostienen al Villarreal en lo alto.

La cara amarga y opuesta del conjunto castellonense es su pobre bagaje defensivo. Sus registros son de club que se acerca al abismo, siendo con 30 goles recibidos el cuarto peor equipo de la máxima categoría, sólo superado negativamente por el Deportivo (31), el Zaragoza (32) y el desahuciado Levante (35).

La suerte del Villarreal es que la mitad de los goles los ha recibido en cuatro partidos: Real Madrid (0-5), Zaragoza (4-1), Espanyol (3-0) y Deportivo (4-3). Números que invitan a la reflexión de un cuadro con dos realidades.