El oro supera los 900 dólares
El metal precioso se convierte en refugio ante la debilidad de la economía
Los inversores juegan a la defensiva. Y con el fantasma de la recesión sobrevolando la economía estadounidense, buscan refugio en el oro, a pesar de que el preciado metal lleva siete años de subida imparable. La escalada le ha llevado ya a tocar por primera vez la marca psicológica de los 900 dólares la onza (31 gramos), alimentado además por la espiral en el petróleo y la debilidad del dólar. Y en medio de esta tempestad, todas las caras miran a los 1.000 dólares.
El oro es, en este momento, el que más claramente refleja el sentimiento del mercado. Ya se da por descontado que los tipos de interés en Estados Unidos estarán más pronto que tarde por debajo al fijado para la zona euro, lo que explica la fuerte depreciación del billete verde. Y por si no fuera suficiente con los problemas financieros vinculados al mercado de deuda, a esto se le suma el temor de que un precio del petróleo rondando los 100 dólares por barril caliente la inflación.
Esto explica, según los expertos, que el oro lleve ya acumulada una subida superior al 7% de su valor en los primeros 10 días del año, que se suma al 31% de 2007, que ya fue el mayor incremento anual desde 1979. Y como sucede con el petróleo, hay un factor de oferta y demanda que explica parte de esta espectacular remontada: la producción que sale de las minas en Suráfrica es la más baja en 84 años.
Es decir, prácticamente todas las piezas del puzzle juegan a favor de la revalorización del metal. Y echando la vista atrás, muchos ven en esta situación cuestiones macroeconómicas y geopolíticas muy parecidas a las que estuvieron detrás del récord de enero de 1980. Por eso cuando se mira la inflación de entonces y la de ahora, o la tensión que generan Irán y Pakistán, se dice que no debe sorprender a nadie si se supera la marca de los 1.000 dólares por onza.
A pesar del repunte, el precio que se paga hoy por el oro es inferior, ajustándolo a la inflación, al que cotizaba cuando toco el último máximo, de 875 dólares. Si se compararan los 900 dólares nominales que tocó ayer en el Mercantil de Nueva York al precio de la vida de entonces, equivaldría a 425,62 dólares de 1980. En otras palabras, no sólo hay margen para llegar a los 1.000 dólares la onza, sino también hasta los 2.200 dólares para que recupere el valor de hace casi 30 años.
Aunque eso demuestra que el oro no ha sido precisamente rentable a largo plazo, hoy ninguna otra opción de inversión parece brillar más. Aunque no es el único metal que está experimentando una fuerte subida en el contexto económico y geopolítico actual. La debilidad del dólar y el temor a una recesión en EE UU está animando a los inversores a buscar alternativas en el platino, que en términos nominales ha alcanzado su máximo histórico, y en la plata, que se paga al máximo de los últimos 27 años.
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