Sólo 70 de los 1.290 estudiantes del Sagrado Corazón recibirán hoy clase

Porque tiene "otra presencia", porque "está en mucho mejor estado" y porque en el colegio público Miguel Hernández "hay graffitis". Esos son los motivos que aduce Guillermo Maylin, religioso y máximo responsable del colegio concertado Sagrado Corazón, para no trasladar a parte de sus alumnos al centro ofrecido por la Consejería de Educación y llevarlos al centro privado Highlands, propiedad de los Legionarios de Cristo. De esta forma, los corazonistas quedarán divididos en tres centros después de que parte del suyo se viera reducido a escombros el pasado 25 de diciembre de manera fortuita.

Los alumnos de primaria acudirán al citado Highlands, en La Moraleja; los de infantil darán clase en un centro de las religiosas del Sagrado Corazón, en Chamartín; y los de secundaria y bachillerato sí tendrán que acudir al centro cedido por Educación, el Miguel Hernández, en el distrito de Latina, y que ya acogía a alumnos del Concepción Arenal.

Hubiera sido un "impacto" para los más pequeños, "pues está situado en una barriada y tiene muchos graffitis", argumentó Maylin para explicar el cambio de colegio, según informa Europa Press. El colegio de los Legionarios es "mejor" por su "entorno e instalaciones". Según Maylin, "no ha tenido nada que ver" que un colegio esté en Latina y el otro en La Moraleja. Con todo, el religioso asegura que el Miguel Hernández "cumple todas las condiciones".

Casi todos los alumnos empezarán las clases el próximo lunes 14 de enero, a pesar de que estaba previsto que se incorporaran a clase entre hoy y el viernes. Finalmente, sólo 70 chavales de último curso de bachillerato empezarán hoy en unas aulas cedidas por la Conferencia Española de Religiosos. "No queremos que pierdan clase los que tienen la Selectividad en unos meses", argumentó Maylin.

Muchos padres se muestran escépticos ante el traslado al Miguel Hernández. La dirección del Sagrado Corazón y la Asociación de Madres y Padres de Alumnos se reunieron ayer en la parroquia de San Gabriel, en Chamberí. Allí se oyeron algunas opiniones reticentes a llevar sus hijos a un centro contiguo a un instituto de "alumnos conflictivos", según señalaron dos padres presentes en la reunión. Quizá inquietos, algunos progenitores se desplazaron ayer por la tarde hasta el Miguel Hernández para examinar dónde van a estudiar sus hijos a partir del día 14. Allí comprobaron que las instalaciones están cubiertas de graffiti, pero también que los alumnos del centro no han tenido "ningún problema" con sus compañeros del instituto de Formación Profesional Leonardo da Vinci, según aseguró una madre que lleva a sus hijos al centro desde hace meses.