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La danza la buscó y la encontró

La estudiante Elena Badenes es la única española en el Prix de Lausane, el "trampolín" de las grandes figuras

La danza la buscó. Y la encontró entrenando en un pabellón de Burjassot. Aún había cumplido 10 años y ya pertenecía la Selección Española de Gimnasia Rítmica, siendo subcampeona nacional en la modalidad de conjuntos. "Como para hacer gimnasia rítmica tienes que aprender ballet -aunque sólo como técnica de preparación-, teníamos una clase. La danza clásica se utiliza para hacer los giros en gimnasia, y yo era muy elástica. Tenía las condiciones", recuerda ahora Elisa Badenes Vázquez, valenciana de 16 años, que se ha convertido en la única bailarina seleccionada entre las estudiantes de todos los conservatorios y escuelas para representar a España en el gran Prix de Lausane 08.

De la gimnasia rítmica pasó al ballet por su gran elasticidad

Con sus 32 años de vida, este certamen es el "trampolín" de las grandes estrellas del Ballet del mundo: Darcey Bruseel, Alexandra Ferri o Carlos Acosta han sido algunos de ellos. "Durante cinco días las organizaciones europeas de danza reunidas allí se preocupan e invierten en los jóvenes con talento y vocación y les permiten medir sus capacidades, dándoles la posibilidad de ingresar en una de las más refinadas escuelas y compañías internacionales de ballet que apoyan el objetivo del Prix, beneficiándolos con un año de estudios en una compañía profesional sin gasto alguno", indica la organización.

En febrero, Elisa competirá durante cinco días de exhaustivos exámenes y pruebas junto a 74 jóvenes estudiantes de danza de 22 países, de entre 15 y 18 años. Pero no está sola. Tiene el apoyo férreo de su familia, que desde los 8 años, cuando su madre la apuntó a gimnasia rítmica para favorecer su crecimiento y desarrollo, no han dejado de llevarla a los duros entrenamientos del Centro Nacional de Alto Rendimiento de Madrid.

Además cuenta con la fe en su capacidad de Alicia Gómez que, cuando la vio en aquel pabellón, quiso que, al cumplir los 11, se presentara a las pruebas para acceder a los estudios profesionales de grado medio del Conservatorio de Danza de Valencia. Y lo consiguió. "Superé las pruebas a la primera, y eso que no tenía mucha idea de danza clásica, pero sí la elasticidad". Alicia y Rafael Darder (su primer tutor) no tuvieron ninguna duda de que Elisa "posee unas cualidades extraordinarias", recuerda su padre, Carlos, arquitecto.

Elisa acaba de volver a Valencia en Navidad, tras dos semanas becada en la Escuela de la Scala de Milán. 2007. Ha sido un año excepcional con becas y estancias en algunos de los mejores centros y ballets del mundo.

Ella, no obstante, es como casi todas las niñas de su edad. Viste zapatillas, ropa cómoda con mallas y sudadera negras, color que contrasta aún más con su diáfana sonrisa y su temple. Elisa, pese a vivir una vida casi de película como la de la inimitable pope de la danza cubana Alicia Alonso, habla de su vida con una nobleza que impone. "Claro que fue duro, cuando eres más pequeña es difícil hacer amistades, porque, ¿qué es lo que más nos gusta a esa edad y dónde se hacen las amistades? En las fiestas de cumpleaños. Y yo me las perdía todas con los entrenamientos", sonríe Elisa.

A Elisa le queda un año para terminar el conservatorio y el Bachillerato. También en eso, contrariamente a lo que les sucede a muchos artistas o deportistas de alto nivel, "es la primera de la clase". Desde pequeña ha ensayado todas las tardes de 4 a 21.30, muchos sábados incluidos, que es cuando los demás niños estudian o juegan. Elisa estudia en el histórico instituto público Lluis Vives.

"Hay momentos muy duros. Pero cuando te gusta algo tanto, no lo dudas", relativiza Elisa. "A medida que creces, dejas de sentirte un bicho raro, y como en cualquier profesión, uno se acaba metiendo en su mundito: tus amigos, tus novios, tus viajes, tus aficiones giran todos en torno a la danza. Aún hoy cuando te preguntan qué haces y respondes que eres bailarina, hay gente que te mira con esa cara". Ella no se asusta. Como decía Nijinski, la danza es su destino. "El dilema ahora está en el Prix de Lausane", sentencia: "Eso me dará la base para decidir".

Elisa Badenes, la bailarina valenciana que estudia en el Prix de Lausane.
Elisa Badenes, la bailarina valenciana que estudia en el Prix de Lausane.

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