"Los niños que no juegan tienen carencias sociales básicas"
La catedrática Petra María Pérez sabe mucho de juguetes. Ha investigado sobre los contextos en los que el niño se socializa a través del juego desde 1978. Para fabricantes, asociaciones, editoriales, televisiones... La Asociación Mundial de Fabricantes del Juguete le encargó la Carta de imagen del juguete, un ideario de qué es y para qué sirve el juguete. En estas fechas de empachos jugueteros, la actual directora del Instituto de Creatividad e Innovaciones Educativas de la Universitat de València habla de la importancia del juguete en el desarrollo del niño y orienta a los adultos.
Pregunta. A través del juego el niño aprende y ensaya la forma de actuar, ¿cómo diferenciar un buen juguete?
"Se acorta el juego porque los niños están expuestos a modelos adultos"
Respuesta. Un juguete debe ser siempre algo personal para el niño. Sólo es buen juguete si sirve para que el niño monte su historia.
P. ¿Todos los juguetes son educativos?
R. Cualquier juguete que sea divertido y sirva para el desarrollo integral del niño es educativo. Si fomenta conductas asociales no será educativo.
P. Por tanto, si al niño le gustan los juguetes bélicos no deberíamos comprárselos.
R. Es que hay muchas propuestas hoy en el mercado que son mucho más interesantes que juguetes que reproducen armas para matar. Otra cosa es que al niño le guste, pero esto es así porque ve en la televisión muchas peleas y quiere reproducir el mundo adulto.
P. En estas fechas hay una vorágine de regalos para los niños, ¿es lo más recomendable?
R. El juguete tiene que estar pensado sólo para el niño y no deben mediar otros intereses. En estas fechas se producen situaciones como la del juguete-revancha (aquellos padres que regalan a sus hijos los juguetes que nunca tuvieron), o la del juguete como chantaje, sobre todo entre padres separados que animan al hijo a enseñar los regalos al otro cónyuge, o entre abuelos de distintas familias. También se utiliza mucho el juguete como compensación para resarcir la conciencia de los padres que no han pasado suficiente tiempo con sus hijos.
P. ¿Cómo distinguir el mejor juguete para cada edad?
R. Los niños pasan por distintas etapas evolutivas. Al principio el juego es sobre todo ejercitación y experimentación. En las primeras edades a los niños les encanta tocar un botón y que suene música, gatear... Cuando acaba esta etapa se produce la del juego simbólico, en la que empiezan a reproducir las pautas de la etapa adulta. Es el momento de las cocinitas, los coches... Luego están los juegos de reglas que son importantísimos porque reproducen una forma incipiente de democracia. En este momento los niños saben que si no respetan las reglas, se quedan fuera del juego y eso es algo que les horroriza. Los más interesantes son los juegos en los establecen sus normas.
P. ¿Considera que los niños dejan de jugar antes?
R. Sí. Yo hablo de reducción de la infancia. Ahora las niñas en las listas de la primera comunicación piden ropa de Tommy o joyas de Tous. Muchos padres no son conscientes del peligro que esto comporta e incluso les hace gracia que su hija quiera maquillarse a los once años.
P. ¿Qué repercusiones puede tener para los niños?
R. Los niños tienen que ser que niños. La edad de la infancia es la edad del juego, de la imaginación, una edad maravillosa en la que se aprende mucho. Adultos serán durante mucho tiempo. Hoy se acorta el juego porque los niños están expuestos a modelos adultos por pasar mucho tiempo con ellos, por los programas televisivos y porque han desaparecido esos espacios terciarios donde los niños se reunían sin adultos. Los niños que no juegan bastante tienen carencias emocionales y sociales básicas.
P. ¿Qué importancia tiene el juego entre iguales, entre niños?
R. Es fundamental. A través de él estrechan lazos, se respetan y aprenden comunitarismo frente al individualismo que hoy nos invade. Otras competencias fundamentales son la capacidad para ponerse en el lugar del otro, o la posibilidad de superar la frustración, algo que debemos afrontar en la vida adulta. Cuando se juega, muchas veces se producen decepciones por tener que esperar a que llegue tu turno, o por no poder a jugar a lo que quieres. A través del juego la frustración se asimila de manera natural sin abandonar y sin derivarla en agresividad. Además, también se aprende a dilatar la gratificación. Hay estudios que demuestran que aquellas personas que desarrollan esta capacidad tienen más expectativas de éxito porque son capaces de sacrificarse momentáneamente para conseguir el logro después.
P. Todavía hay diferenciación sexual en los juguetes: camiones para niños y muñecas para niñas, ¿a qué se debe?
R. A la sociedad en la que vivimos, pero en la medida en que los niños vean en sus hogares que sus padres cambian pañales y cocinan, pueden modificarse algunas elecciones. Sobre todo si hay niños y niñas en la misma casa.
P. ¿Cómo valora la introducción de las nuevas tecnologías?
R. En sí no son ni buenas ni malas, son instrumentos poderosos, y es lo más parecido al juego con iguales, porque los niños interaccionan con las videoconsolas. Aun así, a ellos les encanta compartir este juego con otros niños.
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