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Reportaje:

Elche, mucho más que una Dama

Un fin de semana playero, festivo y cultural en la ciudad alicantina

Marta Sanz

Dos veces patrimonio de la humanidad: por el inmenso palmeral y por el Misteri. Festiva y luminosa, con una herencia única del teatro y la música medievales. Y en las cercanías, playas como L'Altet y El Carabassí.

Dos veces patrimonio de la humanidad: por el inmenso palmeral y por el Misteri. Festiva y luminosa, con una herencia única del teatro y la música medievales. Y en las cercanías, playas como L'Altet y El Carabassí.
La sostenibilidad no es una invención de ayer; los campesinos de Al Andalus dispusieron sus cultivos de forma que unos sirvieran de protección a los otros: la palmera era la sombra y la pantalla contra el viento bajo la que fructificaron otros árboles frutales
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Una Navidad de traca

El viaje a Elche comienza en el Museo Arqueológico de Madrid. Allí descansa la Dama, con sus rodetes, los ojos almendrados, los labios aún enrojecidos por los pigmentos y, sobre todo, con la perfecta serenidad y tersura de sus rasgos de piedra. La Dama -quizá diosa de ultratumba, quizá dios macho- es lo que queda de una imagen antropomórfica mucho más grande, una amputación, que estuvo escondida durante siglos y fue hallada en L'Alcúdia -hoy base de un parque arqueológico-, al este de Elche, en 1897. La escultura data de principios del siglo V antes de Cristo y se puede imaginar qué es lo que vieron esos ojos de pasta vítrea que, con el paso del tiempo, se rompieron. Sobre los fragmentos de la pasta hecha añicos, tal vez quedaron reflejados pedazos del palmeral más grande de Europa, patrimonio de la humanidad, que hace de Elche el oasis más septentrional del Mediterráneo, un jardín que rodea una populosa ciudad -la tercera en número de habitantes, 197.000, de la Comunidad Valenciana-, perfilada de verde oscuro y del color anaranjado de los dátiles. Algunas aceras de Elche resultan complicadas para el paseante porque se han levantado respetando cada árbol, de modo que ciertos caminos son un laberinto, una sucesión de alcorques que hay que sortear.

Sin embargo, decir que el bosque de palmeras debió de quedarse prendido a la retina petrificada de la Dama tal vez no sea más que una ficción poética, porque, pese a que se cree que el origen del palmeral es fenicio, fueron los árabes quienes hicieron de los huertos de palmeras la seña de identidad de Elche. Quizá la Dama, inmortal y curiosa, desde su enterramiento contempló cómo los labradores organizaban sus cultivos en bancales dibujados sobre un rectángulo o un trapecio. Pese a la apariencia de bosque de las doscientas mil palmeras del palmeral ilicitano, éste es el paisaje de una forma de vida: la de los campesinos musulmanes que supieron hacer fértil un terreno con poca agua. La sostenibilidad no es una invención de anteayer; los campesinos de Al Andalus no sólo idearon un sistema de canales y acequias, sino que además dispusieron sus cultivos de forma que unos sirvieran de protección a los otros: la palmera era la sombra y la pantalla contra el viento bajo la que fructificaron otros árboles frutales. De esta obra de inteligencia agraria ha surgido una belleza de la que puede disfrutarse recorriendo la ruta del palmeral; sobre sus casi tres kilómetros se encuentran hitos imprescindibles: el Museo del Palmeral, en el Hort de Sant Plácid, donde el viajero se familiariza con los usos de la palmera y con los procesos de elaboración artística de la palma blanca que convierten el domingo de Ramos en otro de los referentes festivos de Elche; los horts de Sol, Rogeta, Sempere, Almàsseres, Pontos, Malla, Casimira, Pastoret, Mareta, Borreguet, Monjo...

El Huerto del Cura

Pero la perla del palmeral es el Hort del Cura, que debe su nombre a quien fue su propietario hasta 1918: el capellán José Castaño Sánchez. Es un maravilloso jardín botánico presidido por la Palmera Imperial, que fue bautizada así tras una visita de Sissi. La Palmera Imperial cuenta con ocho brazos que descansan sobre un tronco común inverosímilmente pequeño; está apuntalada por una estructura que la mantiene erguida y que le da la apariencia de un candelabro que alumbrase la mesa de un titán sumergido en las aguas.

El Hort del Cura es un remanso: gatos lustrosos se cruzan entre las piernas del viajero mientras contempla las palmeras, el estanque de los nenúfares, los patos y los pavos reales, las luces y las sombras que se filtran entre la masa vegetal, y la deslumbrante rocalla, una colección de cactus que transforma este rincón en un paisaje de otro planeta. La Dama, uno de los reflejos que la repiten y la evocan por toda la ciudad, escruta al viajero desde el estanque.

Tras la espesa corteza de los huertos de palmeras que se filtran hasta el corazón de Elche conformando su parque municipal se esconde el éxtasis místico de su Misteri. Elche es conocida como la ciudad de los dos patrimonios de la humanidad: el palmeral y su Misterio, declarado en 2001 patrimonio oral e inmaterial de la humanidad, como último vestigio vivo del teatro del medievo en Europa. El Misteri relata la Dormición, Asunción y Coronación de la Virgen. Se celebra en el interior de la basílica de Santa María entre los días 11 y 15 de agosto; los años pares se representan funciones extraordinarias a finales de octubre o a principios de noviembre. Uno de los aspectos más peculiares de la representación, además de sus coros, que interpretan una complicada partitura (la Consueta), es la disposición del espacio escénico en dos planos: uno vertical-aéreo y otro horizontalterrestre. Los momentos más espectaculares se desarrollan en el espacio vertical-aéreo: la bajada de la Mangrana, a la que sigue un coro de ángeles que desciende para elevar a la Virgen al cielo. La escena acaba con una lluvia de oro que difumina el ambiente durante la Coronación.

Un espectáculo único

Los ilicitanos son los protagonistas de un Misteri del que cada uno tiene su propia versión y que cada uno siente como pertenencia. Si la visita a Elche no coincide con las fechas en las que se representa el Misteri, el Museu de la Festa da una idea de las características de un espectáculo único en el mundo. El Festival de Teatro y Música Medieval, que se celebra desde 1990, es otro evento señalado para entender los entresijos del Misteri y sus relaciones con otras manifestaciones artísticas: el espléndido interior del Gran Teatro ilicitano acoge representaciones dramáticas y musicales; por la calle, construcciones monstruosas, machos cabríos, extraordinarias gallinas, dragones, las besties del foc, desfilan lanzando fuego y petardos que retumban en los vacíos corporales, para acabar su periplo frente a la basílica de Santa María con un espectáculo de fuegos de artificio: palmeras aéreas de luz se extienden y caen sobre las palmeras oscuras de la ciudad de noche.

Una torre almohade

El centro histórico ilicitano no tiene desperdicio. Muy cerca de la basílica, el viajero puede contemplar La Calaforra, sólida torre almohade para vigilar el acceso a la ciudad desde Alicante. En el límite del parque municipal, el Alcàsser de la Senyoria, actual sede del Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE), es imponente: nuevas Damas, proyecciones y simulacros nos aguardan entre sus muros, que empezaron a edificarse durante el periodo almohade y se acabaron en el siglo XVIII. También merece atención el Ayuntamiento, la Casa Consistorial más antigua al sur de la Comunidad Valenciana, y la lonja medieval, el mercat central y el convent de la Mercè, en cuyos sótanos se han restaurado los baños árabes... Y las plazas de Elche: la del Raval, Santa María, El Congress Eucaristic, Les Flors, La Fregassa, La Fruita, La Glorieta, La Mercè... En todas ellas, la Dama, desde los envases para el azúcar, las servilletas de papel, los platillos y los ornamentos de las cartas, se agranda y empequeñece en una mise en abisme fantasmagórica de esta ausencia-presencia que planea por una ciudad que, más allá de su interés turístico, es un agradable espacio para vivir y... para comer: arroz con costra, putxero amb terongetes, asado de bacalao y ñoras, dátiles, granadas e higos, licor de Cantueso....

Elche es una ciudad con historia y abierta a la modernidad, en la que tiene su sede la Universidad Miguel Hernández. Otro atractivo lo entraña la proximidad de las playas, entre las que destaca L'Altet, donde se observa la génesis dunar, y El Carabassí, playa virgen y nudista, muy próxima a El Clot de Galvan, y uno de los parques naturales del término municipal junto con el de El Hondo y el de Las Salinas, en el que habita una etérea y rosácea colonia de flamencos.

Por mucho que uno se concentre en la contemplación de la Dama, resguardada en el museo, no podrá ver, oler, gustar, oír ni palpar la intensidad y los misterios de esta ciudad del Mediterráneo. Hay que venir y sentirla bajo su luz y su temperatura.

- Marta Sanz (Madrid, 1967) fue finalista del Premio Nadal 2006 con la novela Susana y los viejos.

Vitromosaico de la Dama de Elche, obra de Lluís Torres, en la plaza del Parque   de la ciudad alicantina, frente a la oficina de turismo (mide cinco metros por 3,75).
Vitromosaico de la Dama de Elche, obra de Lluís Torres, en la plaza del Parque de la ciudad alicantina, frente a la oficina de turismo (mide cinco metros por 3,75).ALBERTO PAREDES

GUÍA PRÁCTICA

Información- www.turismedelx.com. 966 65 81 95.Comer- La Finca (965 45 60 07). PartidaLa Perleta, polígono 1, 7. Menú de degustación: 60 euros.- La Magrana (965 45 82 16). Carretera de Alicante, kilómetro 3. Altabix. Unos 25 euros.Dormir- El Huerto del Cura (966 61 00 11; www.huertodelcura.com). Portade la Morera, 14. Un clásico de la ciudad. Habitación doble, 100 euros.- Hotel Milenio (www.hotelmilenio.com; 966 61 20 33). Prolongación de Curtidores, s/n.La doble, unos 95 euros.- Tryp Ciudad de Elche (966 61 00 33; www.solmelia.com). Avenida Joan Carlés I, 5. La doble, 70,62 euros.Visitas- Lonja medieval. Plaza de Baix.- Museu del Palmeral (965 42 22 40). Porta de la Morera, 32.- Museu de la Festa (965 45 34 64). Carrer Major de la Vila, 25.- Museo Arqueológico y de Historia de Elche (965 45 36 03). Diagonal del Palau.- Mercado central. Plaza Menéndez y Pelayo, 4. De lunes a sábado, de 7.00 a 14.00; viernes, de 17.00 a 20.00.- Torre de La Calaforra (965 45 28 19). Calle Uberna, 14.- Ayuntamiento de Elche (966 65 80 00; www.elche.es). Plaza de Baix, 1.

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Sobre la firma

Marta Sanz
Es escritora. Desde 1995, fecha de publicación de 'El frío', ha escrito narrativa, poesía y ensayo, y obtenido numerosos premios. Actualmente publica con la editorial Anagrama. Sus dos últimos títulos son 'pequeñas mujeres rojas' y 'Parte de mí'. Colabora con EL PAÍS, Hoy por hoy y da clase en la Escuela de escritores de Madrid.

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