Nuevo éxito europeo del Sevilla
El conjunto andaluz termina primero de grupo tras una goleada sin brillo en Praga
El Sevilla acabó ayer como primero de grupo tras una demostración de solvencia en Praga. Lo hizo con clase. El mejor equipo del año pasado según la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol mantiene su fama intacta, pese al tormentoso arranque de temporada. Anoche se convirtió en el mejor debutante de la Liga de Campeones, tras las cinco victorias consecutivas que cosechó tras perder, en su debut, ante el Arsenal. Aupado a la cabeza del grupo H, dará esquinazo a ogros de la enjundia del Milan, Inter, Manchester United y Chelsea. Entretanto, el Arsenal, la fábrica de sueños de Arsène Wenger, el equipo que lidera Cesc, el subcampeón de 2006, tuvo que contentarse con la segunda plaza.
SLAVIA PRAGA 0 - SEVILLA 3
Slavia de Praga: Vaniak; Hubacek, Brabec, Suchy, Krajcik; Tabares; Pudil (Gaucho, m. 72), Volesak (Necid, m. 64), Belaid, Smicer (Jablonsky, m. 46); e Ivana. No utilizados: Vorel; y Sourek.
Sevilla: De Sanctis; Alves, Lolo, Mosquera, Dragutinovic; Navas, Martí, Renato (Maresca, m. 64), Capel; Kanouté (Duda, m. 70) y Koné (Luis Fabiano, m. 58). No utilizados: Vargas; Poulsen, Hinkel y Crespo.
Goles: 0-1. M. 66. Luis Fabiano, de duro disparo desde la esquina del área. 0-2. M. 68. Kanouté, a pase de Luis Fabiano. 0-3. M. 87. Daniel Alves.
Árbitro: Víctor Kassai (Hungría). Amonestó a Dragutinovic y Krajcik.
11.689 espectadores en el Euvzena Rosicheo.
Pendiente de salvar la primera posición frente al Slavia, el entrenador sevillista, Manolo Jiménez, se vio con las bajas obligadas de Keita y Adriano. Ya puestos, como no le quedaba más remedio, añadió una serie de variaciones. Probaturas para reforzar la fe de los canteranos. Así, decidió darle la alternativa a un chaval del filial, Lolo, en el centro de la defensa. Ya tiene a otro mozo jugando en ese puesto obligado por las lesiones de largo recorrido de los protagonistas principales. Pero el técnico le dijo a Fazio, de 19 años, que se quedara en Sevilla y descansara. Jiménez tapizó por entero el centro del campo. Salieron Martí y Renato para ocupar su corazón. El brasileño es conocido por apocarse ante despliegues físicos mayores. En la delantera, Koné acompañaba a Kanouté, aunque ambos se dedicaron a hacer del mismo jugador.
El resultado fue una primera parte gris, pero con el Sevilla contemporizando. Lo único que se salvó fue el juego colectivo y entregado de los futbolistas del conjunto checo y las carreras de Capel, que propiciaron los dos únicos remates del Sevilla.
A Jiménez no le quedó más remedio que sentarse a dibujar de nuevo al equipo. Tiró, como no podía ser de otra manera, de un jugador a la altura de la fama que se ha ganado el conjunto andaluz en los últimos años. Luis Fabiano está en estado de gracia. En el centro, Jiménez puso a Martí a defender y sacó a Maresca para delinear.
El Sevilla empezó a hacer daño. Sus centros al área dejaron de rebotar en los defensores contrarios. Con el balón por bajo y Capel igual de inquieto que en la primera mitad, se empezó a reconocer. Las bandas y los delanteros se saludaban y encontraban huecos. Kanouté tuvo en sus botas el primer gol y aún resulta difícil de creer que no entrara la pelota después de tres remates. Llegó más tarde.
Poco después fue Luis Fabiano el que encontró el hueco. El brasileño se sacó un chutazo fantástico desde la derecha del área que acabó con la resistencia de los checos. La pelota volvió a agradecer luego que la dejaran viajar por la hierba y pasó de los pies de Capel a los de Luis Fabiano y de éstos a los de Kanouté, que batió al portero del Slavia. El encuentro lo remató Alves, que se aprovechó del buen toque y de la buena medida del tiempo de Duda, que le puso una pelota franca para que la reventara el lateral brasileño. Y el Sevilla logró algo histórico. Aunque tuviera que cambiarse de traje en pleno baile.
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