Orange dará servicios para toda España desde Barcelona

Cataluña se quedó oficialmente ayer sin ningún operador de telecomunicaciones con capital autóctono, tras haber asistido al desmantelamiento de la antigua Auna y tras la venta por la Generalitat del 25% del grupo Al-pi a France Telecom, que opera con la marca Orange y pasa a controlar el 100% del capital. Pero, más allá del dinero y de la parte de la red que el grupo francés ha soltado a cambio al Gobierno catalán (29,3 millones de euros), el gigante francés se ha comprometido a mantener y a potenciar su actividad en Barcelona.

Jean-Marc Vignolles, consejero delegado de France Telecom en España, anunció ayer que Al-pi (está por ver si con este nombre) protagonizará "un nuevo plan de expansión" que pasa por convertirse en "plataforma de desarrollo de grandes empresas de France Telecom en España". En la práctica, desde Cataluña se dirigirá el negocio correspondiente al sector público (administraciones autonómicas o municipales) y de servicios a grandes empresas para toda España.

El centro de I+D de Barcelona entra en la red mundial de centros de Orange CiU, que privatizó el 75% del operador Al-pi, critica la venta del otro 25%

En concreto, la empresa -que mantendrá su entidad jurídica propia pese a depender de France Telecom España y que concentrará la mayoría de las actividades de Orange en Cataluña- será un centro de competencia para desarrollar soluciones corporativas avanzadas de voz sobre protocolo IP y de gestión técnica de redes de nueva generación.

El gigante francés explicó que su apuesta por la innovación en Cataluña pasa por que el centro de investigación y desarrollo (I+D) de Al-pi en Barcelona se integre en la red internacional de centros de I+D del grupo. France Telecom cuenta con 17 de estos centros de I+D en el mundo, en ciudades como París, San Francisco y Pequín, que suman 3.800 investigadores.

La Generalitat desea que Barcelona y otras localidades participen en las experiencias piloto de France Telecom en la llamada FTTH, tecnología que permite la llegada de la fibra óptica hasta el hogar del abonado.

Las cláusulas confidenciales que incluye el acuerdo firmado ayer por Vignolles; el consejero de Gobernación, Joan Puigcercós, y el secretario general del Departamento de Economía, Martí Carnicer, no incluyen un plazo mínimo para que los franceses mantengan la entidad jurídica separada para la nueva Al-pi. "Dependerá de la evolución del mercado. Si se demuestra que tiene sentido y es rentable mantener una empresa aparte para Cataluña, se mantendrá. Si no, no", apuntaron fuentes cercanas al acuerdo. El convenio sí incluye un compromiso de France Telecom de no recortar la plantilla (274 empleados) en cuatro años, según las mismas fuentes.

El diputado de CiU Antoni Fernández Teixidó lamentó ayer la venta del 25% público de Al-pi, que consideró "una pérdida de un activo que no puede prsentarse como un éxito". CiU se mostró "escéptica" con las "contrapartidas" arañadas por la Generalitat.

¿Qué ocurrirá si el grupo francés no cumple con sus compromisos? Ya no hay avales que ejecutar, como sí los hubo cuando se privatizó la antigua Catalana de Telecomunicaciones en 1999, que dio origen a Al-pi. Y los avales han quedado sin efecto en el nuevo convenio. "Tenemos la confianza de France Telecom", subrayó Puigcercós, quien justificó la venta del 25% público de la empresa con el argumento de que la Generalitat "no tiene voluntad de interferir como empresa pública". Orange se ha comprometido a crear servicios y contenidos en catalán.

La red cuya titularidad recupera el Gobierno catalán ocho años después de la privatización (224 kilómetros en 34 municipios y 180 kilómetros de red troncal, más el derecho a disponer de otros 800 kilómetros compartidos con el grupo francés) servirá de base para el nuevo operador de telecomunicaciones (cuya red podrán usar otros operadores) que impulsa el Gobierno catalán.