Ni el banquillo se salvó de la condena arbitral

Cuando, en el minuto 88, Carlos Clos, el árbitro del encuentro, sacó la tarjeta amarilla a Kepa, el estadio Calderón, su público al unísono, empezó a cantar: "¡Otra! ¡Otra! ¡Otra!". Era la decimocuarta. Todavía le quedaba una, la que un minuto después enseñaría al ex rojiblanco Manu del Moral.
Ya camino de la salida del estadio, muchos padres amenazaban a sus hijos: "Pórtate bien si no quieres que venga Clos". Y es que el colegiado aragonés mostró 15 tarjetas amarillas y cuatro rojas (a Licht y Abbondanzieri, del Getafe, y al Kun Agüero y Reyes, del Atlético) y de todas éstas sólo la del ex centrocampista del Real Madrid fue directa.
Ni el banquillo se salvó de las condenas arbitrales. En el minuto 66, Clos echó del campo a Juan Iribarren, el preparador físico del Atlético por, según refleja el acta, "encararse con varios adversarios haciéndoles observaciones". Ya puesto, también echó seis minutos más tarde a Miguel Bastón, el entrenador de los porteros rojiblancos, "por retener el balón y retrasar su puesta en juego". El árbitro llevaba varios minutos llamando la atención del cuarto colegiado y del propio delegado del Atlético por la falta de colaboración de los recogepelotas. Y es que nada más empezar la segunda parte los balones desaparecían cada vez que salían del terreno de juego, lo que motivó las protestas de los azulones.
Michael Laudrup y Javier Aguirre reconocieron en la sala de prensa que el partido había sido una locura. Por lo general, no criticaron la actuación arbitral, pero Aguirre sí defendió a Agüero, uno de los cuatro expulsados. "Por lo que me ha contado el Kun, en la primera jugada hubo contacto y en la segunda lo empujaron. Yo no sé..., estaba lejos. Vamos a ver si podemos recurrir las dos".
La lluvia de tarjetas vista anoche en el Calderón recuerda a anteriores duelos más propios de una batalla que de un partido de fútbol. En un Espanyol-Barcelona, del curso 2003-04, los expulsados fueron seis o los que vieron la amarilla 13. En la temporada 1999-2000, en un Oviedo-Racing hubo 16 amarillas y una roja. Y la anterior, en un Athletic-Atlético, fueron expulsados dos jugadores y amonestados 16.
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