El Racing se pone serio
Iturralde rompe el partido con la expulsión del mallorquinista Webó en la primera mitad
No le falta empaque al Racing. Quizá su presentación no sea vistosa ni su juego el óptimo que desearía Marcelino, pero el cántabro es ahora mismo uno de los conjuntos más serios de la Liga. Lo demostró en el Bernabéu la pasada semana pese a la derrota y ayer lo corroboró frente a un Mallorca que quiere asomarse a Europa, pero que no encuentra el modo.
El Racing sufrió y disfrutó en un partido muy revuelto y que comenzó cuesta arriba para sus intereses. Webó, en la primera ocasión del Mallorca, abrió la brecha de un encuentro que había empezado dinámico y eléctrico, con muchos errores de control y precisión a causa del vendaval que azotó Santander. Pero fue Iturralde González el que de verdad lo rompió con la expulsión del camerunés. El Racing, para entonces -apenas el minuto 22- ya había igualado el encuentro gracias a la picardía de Munitis y la potencia de Jorge López.
RACING 3 - MALLORCA 1
Racing: Toño; Pinillos, Oriol, Garay (Moratón, m. 82), Luis Fernández; Jorge López, Duscher, Colsa, Serrano; Munitis (Ayoze, m. 86) y Smolarek (Tchité, m. 78). No utilizados: Coltorti; Portilla, Szetela y Bolado.
Mallorca: Lux; Héctor (Víctor, m. 73), Ballesteros, Nunes, Navarro; Jonás, Pereyra (Valero, m. 60), Ibagaza; Arango (Basinas, m. 33); Webó y Güiza. No utilizados: Ione; Tuni, Molinero y David Navarro.
Goles: 0-1. M. 11. Webó 1-1. M. 19. Jorge López. 2-1. M. 30. Duscher. 3-1. M. 84. Munitis.
Árbitro: Iturralde González. Amonestó a Serrano, Oriol, Luis Fernández, Munitis, Héctor, Lux y Moratón. Expulsó a Webó con tarjeta roja directa (m. 22) y Serrano (m. 32) por doble amarilla.
El Sardinero: 16.160 espectadores.
Sin embargo, el verdadero golpe para los de Gregorio Manzano fue la tarjeta roja a Webó, que dejó a Güiza solo y desmoralizado y al resto de sus compañeros sin un plan que seguir, con enormes carencias en el medio campo y sin respuestas. Los locales aprovecharon esos minutos para marcar su segundo tanto tras un buen golpeo de Duscher.
Sólo Ibagaza, tras el descanso, metió el miedo al Racing con un trallazo que Toño pudo desviar al palo. El partido ya estaba muy roto, trabado por las faltas y con el dominio del cuero por parte de los bermellones, pero sin acercarse con peligro a la meta racinguista.
Con los cambios, Manzano trató de llevar el juego hacia el área rival, pero sus jugadores no anduvieron nada finos. Esta circunstancia la aprovechó el Racing gracias al músculo de Smolarek y Tchité. De las botas del africano salió el centro que el incansable Munitis, con un difícil gesto técnico, hizo gol.
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