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Reportaje:

El casco antiguo es ahora negocio

La crisis del ladrillo en la costa anima a las empresas a rehabilitar el centro histórico de Cádiz, donde es más complicado actuar pero hay trabajo seguro

Concurso para demolición y construcción de edificio en la calle Abreu acogido al programa de transformación de infravivienda. Presupuesto de licitación: 160.000 euros. La Junta está acostumbrada a que anuncios como éste, publicado en el BOJA el pasado mes, no interesen a las empresas de construcción. Las enormes dificultades para trabajar en el casco antiguo de Cádiz han provocado durante muchos años que una mayoría de estas ofertas públicas quedaran desiertas.

La tendencia está cambiando. La crisis del ladrillo en la costa, donde la actividad se ha estancado en 2007 por primera vez en muchos años según la patronal, ha hecho que las compañías del sector vuelvan a mirar al casco antiguo, donde es más complicado actuar pero hay trabajo seguro.

25 empresas se han interesado por 12 licitaciones de la Junta

La Oficina de Rehabilitación de la Junta para transformar el casco antiguo gaditano se creó en 1999. Desde entonces se han mejorado o están en proceso 6.536 viviendas gracias a una inversión que va a superar los 170 millones de euros. Durante estos ocho años uno de los principales problemas a los que se han enfrentado los responsables de la oficina ha sido el escaso interés que sus concursos públicos de adjudicaciones de obra han generado entre la constructoras. "Durante unos años, en los que ha habido el boom de la construcción en zonas más cómodas, nos ha sido muy difícil traer empresas al casco histórico", reconoce Jesús Martínez, director técnico de la oficina.

Trabajar en el centro de Cádiz es complicado. Lo saben bien en empresas como Sanrocon, que se han especializado en trabajar en zonas como ésta. Muchas de las calles apenas superan los tres metros de ancho. Acceder a los edificios que se tienen que rehabilitar es una misión casi imposible para los camiones. Sacar escombros e introducir material se convierte en una odisea. Mover una hormigonera requiere esfuerzos especiales. Todos estos obstáculos provocan que las empresas prefieran mirar para otro lado. "Para trabajar en el casco antiguo, es necesaria una estructura de empresa mediana o pequeña. No valen las grandes que van subcontratando por servicios. Requiere de personal propio que sea capaz de hacer una cubierta como de poner ladrillos", detalla el director técnico de la oficina.

Martínez reconoce que los concursos desiertos han llevado a la Junta a pasar de publicar anuncios en el BOJA a la búsqueda directa de empresas. "Poco menos que hemos tenido que empujar a las empresas para que acepten rehabilitar algunos edificios", admite. Para ello la oficina y las constructoras han tenido que negociar acuerdos frente a frente, modificar ofertas y aumentar los pagos. "Son relaciones que hemos tenido que basar en la mutua confianza", explica el director. Ocurre también en la empresa municipal Procasa. A los últimos concursos de construcción y rehabilitación de edificios para crear viviendas para jóvenes en régimen de alquiler se ha presentado una única y misma empresa. A las demás la oferta no les ha interesado.

La tendencia está cambiando. Para las 12 licitaciones que la Junta tiene ya publicadas en el BOJA, han reclamado documentación 25 empresas. Por primera vez en mucho tiempo la oficina de rehabilitación espera tener donde elegir. Las causas de este cambio se encuentran en la crisis del sector de la construcción. "Ya no hay tanta obra nueva en la costa. Eso se nota. En las empresas se mira otra vez al casco porque, aunque saben que es una labor más difícil, aquí sí hay trabajo", describe Martínez.La crisis se reflejó en los últimos datos del paro en la provincia gaditana. De los 2.630 demandantes de empleo en noviembre, 817 eran del sector de la construcción, donde el desempleo ha crecido este mes con respecto al anterior un 5,74%.

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