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Reportaje:

Vinokurov no acepta el castigo

El ciclista, sancionado sólo un año por dopaje, se retira para defender su inocencia

El positivo de Alexander Vinokurov en el pasado Tour de Francia sumió a la carrera en una profunda desazón. El kazajo se había convertido en el símbolo de la combatividad y de la resistencia al dolor. Era el sacrificio en persona. Con las rodillas desolladas por una caída, el ciclista del Astana protagonizó una recuperación en la ronda francesa que devolvió las esperanzas a un deporte que vive bajo continua sospecha. Por eso, cuando se anunció su positivo por transfusión homóloga (presencia de marcadores de sangre de otra persona con el mismo grupo sanguíneo) y su expulsión, junto con la de su equipo, la noticia cayó como una losa. De ser el espejo en el que mirarse pasó a engrosar la larga lista de cazados, culpables de ensuciar el ciclismo.

Ayer, la federación de Kazajistán le impuso a Vinokurov un año de suspensión. Una sanción muy inferior a la que establecen los reglamentos de la Unión Ciclista Internacional (UCI), que prevén para estos casos un tiempo de suspensión no inferior a los dos años y una decisión que la UCI estudia apelar ante el Tribunal Arbitral del Deporte. La razón de tan descafeinada sanción: la federación kazaja esperaba que, con la benevolencia de su decisión, el corredor pudiera participar en los próximos Juegos de Pekín. Pero le ha salido mal. Porque Alexander Vinokurov, de 34 años, anunció ayer que, lejos de aceptar el castigo, abandona la práctica del ciclismo profesional hasta que logre demostrar su inocencia, según anunciaba ayer el diario L'Equipe en su página web.

Entramado kazajo

El anuncio de la retirada de Vinokurov contradice las declaraciones del kazajo en las últimas fechas, en las que afirmaba aguardar con impaciencia el fin de su suspensión para volver a montarse en la bicicleta. Se antoja todavía más sorprendente cuando la federación kazaja, la misma que patrocina al Astana, su equipo hasta este verano, se había mostrado clemente con el corredor. Vinokurov mantiene, además, excelentes relaciones con el presidente de la federación, que es también el ministro de Defensa de su país. Todo un entramado para que Kazajistán mantuviera las aspiraciones de medalla en los Juegos de Pekín.

Sin embargo, Vinokurov, ganador de la Vuelta a España en 2006, mantiene su inocencia. Ni confesó ni colaboró con la investigación del positivo. Cuando su ex compañero en el Astana Andrei Kaschechkin dio positivo, declaró que los mecanismos de control a los ciclistas eran "un caso claro de violación de los derechos humanos". Precisamente es de Kaschechkin de quien se sospecha que era la sangre que se transfundió Vinokurov.

Vinokurov, en 2006 en una etapa de la Vuelta a España.
Vinokurov, en 2006 en una etapa de la Vuelta a España.EFE
La Federación de Ciclismo de Kazajistán le ha sancionado hasta julio de 2008.Vídeo: ATLAS

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