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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Rumores celestiales

No es seguro que la segunda encíclica del papa Benedicto XVI, Spe salvi, Salvados en la esperanza, esté llamada a producir más revuelo en el mundo terrenal que en el celestial. Es verdad que, entre los vivos, no han dejado de provocar desconcierto algunas de sus afirmaciones, como la de que la historia se torció con la Revolución Francesa. A estas alturas, la cosa tiene ya difícil remedio, y más vale que nos vayamos haciendo a la idea de que esta historia que vivimos presenta una malformación de origen. En resumidas cuentas, que está torcida. Y de ahí que esta encíclica haya tenido que venir oportunamente a recordarnos esa sabia advertencia de algunas estaciones: "Atención, historia en curva, tengan cuidado para no introducir el alma entre coche y andén".

Consolémonos pensando que en el mundo celestial el impacto de la Spe salvi ha debido de ser mucho mayor que en este mundo. Benedicto XVI ha reabierto las instalaciones del infierno y el purgatorio después de que Juan Pablo II hubiera mandado precintarlas. La confusión entre las almas del cielo ha de ser inimaginable, puesto que en los anales de la eternidad no se conoce otro caso en que Pedro Botero recibiera la orden de apagar las calderas para poco después tener que encenderlas de urgencia. Muchas almas estarán aterradas pensando que, tras este breve respiro, regresarán a las llamas del infierno o a lo que quizá es peor, al tedio eterno del purgatorio, sin atreverse a decir, por miedo a que se

les tome por revolucionarios franceses, que las penas sólo son retroactivas cuando benefician

al reo.

Peor debe de ser el caso de las almas que llegaron al mundo celestial mientras estuvo en vigor la efímera orden de Juan Pablo II. Los rumores deben de ser incontables, unos asegurando que su situación no cambiará

y seguirán en su limbo tan especial y auténtico. Y otros aconsejándoles hacer las maletas para mudarse al infierno

o al purgatorio en cuanto Lucifer lo tenga a punto. Estas almas aguardan con impaciencia la aparición dominical

de Benedicto XVI en

el balcón del Vaticano, porque habrá rumores de que hoy el Papa llevará a cabo el desarrollo reglamentario de su encíclica, y así sabrán a qué atenerse.

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