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Las bandas escenifican el cambio de la música popular

El I Certame Galego reunió a mil jóvenes de toda Galicia

Con sus uniformes blasonados y las familias expectantes, mil músicos procedentes de toda Galicia se repartieron durante tres días el auditorio compostelano. Allí se celebró el I Certame Galego de Bandas de Música Populares, con una selección de 17 bandas de todo el país.

"A comienzos de los 80 esto todavía era pasarrúas, alboradas y procesiones", según relató en un entreacto Emilio Vázquez, presidente de la Federación Galega de Bandas. "Una buena agrupación tenía entonces 45 músicos de 40 años de media, y hoy hay que verlo". En las 125 bandas populares de Galicia, muchas de ellas con escuela propia, tocan más de 8.000 jóvenes, un "vivero" para los conservatorios.

La organización propuso cuatro obras de interpretación obligada (Rapsodia galega, del clásico Xoán Montes; A creación, de Ángel Montes; Rapsodia arousá, de Eligio Vila, e Hipófisis, de Javier Ces), dividiendo a las agrupaciones según su dimensión en cuatro secciones. Con tres premios por sección, además del accésit de la federación a la mejor banda sin premio y el especial de la Consellería de Cultura -que aportó 90.000 para el evento- a la mejor interpretación de obra libre de autor o temática gallega, hubo galardones para casi todos.

La Rapsodia galega de la Escola de Música e Banda Sementeira de Cambre, dirigida por Javier Vidal, ganó el primer premio en la tercera sección, para bandas de hasta 45 músicos, y se hizo también con el de Cultura por Cavaleiros de Santiago, de Xosé L. Represas. Para Vidal, "en viento y percusión estamos a la altura de Valencia y de cualquiera". "Cosa distinta", criticó, "es que a los alumnos gallegos les cueste más pasar las pruebas de acceso al grado superior de conservatorio en A Coruña que en Euskadi o Cataluña".

Uno de los autores incluidos en el certamen, Eligio Vila, elogió cómo las bandas "endulzan" su repertorio con la incorporación de instrumentos propios de las orquestas sinfónicas. José Rodríguez, director de la Banda Artística de Merza, la más antigua de Galicia, comparte que hace años, con excepciones como Antonio Amigo o Enrique García Rey, sería "impensable" que un compositor gallego escribiese para bandas. "Hoy Galicia exporta músicos y gana los premios", dice.

El sábado, para formaciones de 46 a 60 músicos, fue el día de Valga (primer premio) y Xinzo (segundo y premio especial por Impresións galegas, de Enrique Saavedra). Ayer se hizo un aparte para David Fiuza, ganador del I Certame de Xoves Compositores de Galicia. El autor de Vila de Cruces, de 22 años, dirigía momentos antes a 70 músicos de la Banda Unión Musical de Meaño en la interpretación de la Symphony Nº 0 de Bart Picqueur.

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