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Reportaje:

De Fábregas a Cesc

El jugador del Arsenal jugó contra Suecia afectado por una infección de garganta

En el camino entre el supermoderno estadio del Arsenal, al norte de Londres, y el Santiago Bernabéu, en Madrid, cambió el número 4 por el 18 y dejó de ser Fábregas, el tipo que lidera a los gunners de Arsène Wenger, líder de la Premier League, para convertirse en Cesc, enorme escudero de Xavi y de Iniesta en el centro del campo de la España de Luis Aragonés. El partido que certificó el pase de la roja a la Eurocopa de 2008 demostró que en el campo manda Xavi y que la mejor versión de Cesc Fábregas está por llegar. Aunque no jugó mal, se sigue esperando el gran partido de Fábregas con la selección. El centrocampista catalán, formado en el Barça, acostumbra a señalar su debut en Valladolid contra Costa de Marfil y la segunda parte del partido del Mundial 2006 frente a Túnez como sus dos mejores momentos con España.

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Fábregas lo asume. "Tengo que hacerme un nombre en la selección; poco a poco voy subiendo peldaños en mi progresión" afirmó a Efe. "Aún no soy con España el jugador del Arsenal, pero cada partido que juego mis sensaciones van siendo mejores y llegaré pronto a conseguirlo". Fábregas jugó todo el partido mermado físicamente, aquejado de una infección en la garganta, con anginas, un detalle que revaloriza lo que hizo de bueno durante el partido contra Suecia. Cesc dio 91 pases, 84 de ellos bien, y remató tres veces a puerta, faceta en la que no estuvo brillante cuando es un especialista, sobre todo en la llegada: suma 11 goles en 16 partidos. "Tuve una ocasión bastante buena, pero le pegué fatal", reconoció el jugador después del partido, del que salió contento por mucho que reconozca que puede hacerlo mucho mejor, como en el Arsenal. Será que en Londres él es quien manda y quien decide, y con España la pelota primero es para Xavi y luego para Iniesta. Eso o que en la selección, a su espalda juega Albelda, no Flamini. El francés está cuajando un arranque de temporada excelente y es reconocido como una de las claves del nuevo equipo de Wenger, donde juega de guardaespaldas de Fábregas.

"Cesc es una esponja. Tiene aire despistado, pero he visto muy pocos jugadores que entiendan todo lo que se les pide con tanta facilidad", suele comentar Luis. Dice Cesc que el seleccionador le hace sentir importante -"siempre me llama", confiesa- mientras cuida su delicada garganta y espera su partido grande, el momento de ser Fábregas también con España.

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