"A la danza has de ir abierto a las emociones"

Dantzaldia prosigue con el estreno en Euskadi de Mies, coproducción de Nats Nus y el Teatre Nacional de Catalunya en la que el coreógrafo Toni Mira (Barcelona, 1957) se inspira en la arquitectura de Mies van der Rohe.

Pregunta. ¿Qué es Mies?

Respuesta. Un espectáculo en el que intento recrear la filosofía y los espacios de Mies en un teatro. Antes de empezar la carrera de danza, yo estudiaba arquitectura, por lo que me he reencontrado con mis orígenes.

P. ¿Qué le atrae de su obra?

R. Lo que más me interesa es cómo su arquitectura sublima a cualquier ser vivo por su geometría, pureza, nitidez y su famoso menos es más. Cualquiera a su lado crece en importancia.

P. ¿A usted también le gusta la danza sin florituras?

R. Sí, no me gusta poner cosas gratuitas. Mies es un espectáculo austero en escenografía y movimiento de los bailarines, aunque no en la técnica, porque utilizo cuatro cámaras y cuatro proyectores que me ayudan a simbolizar ciertas cosas.

P. No hay que contemplar la danza con intención de interpretar todo lo que se ve en escena.

R. No. Si fuese un gran pensador me hubiera dedicado a la filosofía, a escribir grandes libros y que la gente pudiese meditar sobre ellos. Me gusta lo efímero. A la danza has de ir abierto a recibir emociones.

P. ¿Existe una estrecha relación entre cierta danza y la arquitectura?

R. Total y absoluta. La una sin la otra carece de sentido. Cualquier espacio arquitectónico deja de tener sentido si no lo habita siquiera una mirada. Y para mí una mirada moviéndose por un espacio, en el fondo ya es un poco danza. Por otro lado, cuando un bailarín se mueve crea un espacio que en el fondo es arquitectura efímera.

P. ¿La danza debería tener más presencia en la educación?

R. La danza es algo innato al ser humano y es una lástima que se vaya perdiendo. Ojalá fuera tan importante como las Matemáticas, porque en 20 años cambiaría un poco el mundo.