Teresa Brewer, cantante de jazz

Entre 1948 y 1961 fue la niña mimada de la canción, con más de media docena de números 1 en las listas del pop, el country & western y el rhythm & blues. Teresa Brewer, "la niña pequeña con una voz enorme", falleció el pasado octubre a los 76 años de edad a causa de una rara enfermedad cerebral degenerativa. Durante sus últimos años, desarrolló una brillante y muy discutida carrera como cantante de jazz, gracias a su matrimonio con el productor Bob Thiele.

Theresa -con "hache"- Brewer nació en Toledo, Ohio, en el año 1931. Como todas las criaturas recién llegadas al mundo por aquellos años, sufrió de niña el síndrome Shirley Temple: con solo dos años, su madre la presentó a su primer concurso radiofónico infantil, el Uncle August's Kiddie Show. Su interpretación de Take me out to the ball game le valió el premio gordo: un lote de galletas y pasteles donado por la empresa anunciante.

Entre los 5 y los 12 años participó como cantante y bailarina de tap en un espectáculo ambulante, The Major Bowes Amateur Hour. Con 17 resultó ganadora en un concurso comarcal para jóvenes promesas de la canción. Como premio, Theresa viajó a Nueva York junto a otras dos ganadoras de concursos regionales, para actuar en uno de los espectáculos de moda, Stairway to the Stars. Decidida a abrirse paso en la Gran Manzana, sobrevivió como cantante de relleno de night club antes de ser descubierta por Richie Lisella, uno de los principales agentes artísticos de la ciudad. Gracias a sus buenos oficios, Teresa -sin "hache"- firmó con London Records, una emergente compañía discográfica inglesa recién aterrizada en EE UU.

En 1949, su pegadiza interpretación de Music! Music! Music!, acompañada por los Dixieland All Stars, vendió más de un millón de copias. Hazaña que repetiría la década siguiente con Choo'n gum, Molasses, Molasses, Gonna get along without ya now, You'll never get away till I waltz again with you, producida por Thiele, para Coral Records.

Su versión en inglés de Milord en 1961, supuso el fin de su reinado en el mundo de la canción y el inicio de su nueva etapa como madre de cuatro hijas en ejercicio y cantante a tiempo parcial. En 1972, contrajo matrimonio con su antiguo productor Bob Thiele (fallecido en 1996), quien se afanó en reciclarla como cantante de jazz. Teresa abandonó la paz del hogar para iniciar una nueva carrera discográfica.

Junto a ella, la crema y nata del negocio: de Count Basie a Duke Ellington, Benny Carter, Stephane Grappelli, Earl Hines, Gillespie, Wynton Marsalis... Inevitablemente, la sospechosa transformación desató las malas lenguas; si Brewer fue considerada una "protegida" de Thiele, críticos como Nat Hentoff vinieron a poner las cosas en su sitio: "Teresa Brewer es siempre ella misma. Esta mujer es un fenómeno".