Invicto en el Camp Nou, el Barça se pierde fuera

El Barcelona no pierde un partido en el Camp Nou desde el 5 de febrero de 2006, cuando le ganó el Atlético, el único equipo precisamente que le ha superado dos veces en su feudo desde la llegada de Frank Rijkaard, en 2003. El técnico holandés sólo cuenta cinco derrotas en el estadio azulgrana -Deportivo, Valencia y Madrid han sido los otros tres verdugos- en 82 partidos. Pero, imparable en casa, el equipo pierde aproximadamente el doble de puntos en cancha ajena (51 frente a 100). Los números son especialmente negativos en el presente ejercicio porque sólo ha obtenido el 40% de los puntos en juego (6 de 15) después de contar una victoria (Levante), una derrota (Villarreal) y hasta tres empates (Racing, Osasuna y Valladolid).

Los datos registrados por Fútbol a Catalunya Ràdio, recogidos ayer por El 9, aseguran además que los delanteros barcelonistas rematan la mitad de veces a portería (91 contra 46) y su caudal de goles experimenta una tendencia parecida: sólo uno de los siete goles de Messi se ha producido en campo contrario, la misma cifra que Ronaldinho, aunque el brasileño únicamente se ha alineado en tres de los cinco encuentros. El mejor parado es Henry, tanto por el hat trick que alcanzó contra el Levante como por su juego, "más vertical y directo", características fundamentales en terreno contrario, como admite Rijkaard, que justifica el buen entendimiento entre Messi y Ronaldinho porque "ambos son capaces de jugar al toque en muy poco espacio".

El entrenador ha pedido precisamente a su equipo que pase menos y sea más contundente: "Hay que concretar y marcar la diferencia con los goles". La solvencia defensiva del Barça, el equipo menos goleado, contrasta con la dificultad que tienen sus delanteros para mezclar fuera del Camp Nou. Aunque los futbolistas no se explican los motivos, hay cierta coincidencia en sus análisis a la hora de remitirse al campo contario -más pequeño y con menos espacios que el azulgrana-, al rival -más acompañado y motivado- y a la mecánica de su propio juego.

La ausencia de futbolistas como Eto'o, y ahora Deco, ha subrayado el desequilibrio que hay en la plantilla entre los jugadores con carácter y los más contemporizadores. Al Barcelona le cuesta juntar las líneas y presionar en campo del contrario, una de las claves para explicar el doblete alcanzado en 2006, y los equipos locales le pueden o neutralizan de todas las maneras: a la contra o al ataque, como pasó en la última salida a Valladolid.

El nombre del próximo adverario podría estimular precisamente la agresividad azulgrana. Juega hoy el Barça en Getafe, el equipo que le eliminó en la pasada Copa del Rey después de remontar un 5-2 de la ida presidido por un gol maradoninano de Messi, reprochado por Schuster, que se quejó porque sus jugadores no tiraron al argentino. El Getafe se impuso en la vuelta por 4-0 y desencadenó la crisis azulgrana, que acabó el curso en blanco. "Debería ser un motivo añadido para buscar el triunfo ante un equipo organizado y en forma", concluyó Rijkaard, que recupera a Zambrotta y continúa sin disponer de Márquez.