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Una red explotaba a un centenar de mujeres que venían de Paraguay

En dos pisos de Madrid se hacinaban 36 inmigrantes 'sin papeles'

Vivían hacinadas en dos modestos pisos en el paseo de la Dirección, de los que sólo salían para ir a trabajar. Al principio, en el servicio doméstico. Con el tiempo, en muchos casos, en la prostitución, "finalidad última", según fuentes de la investigación, de la red de tráfico de personas desarticulada por la policía.

Tres hermanos, Ana Sixta S. B., de 31 años; Celso Dilio, de 36, y María Dolly, de 34, nacidos en Paraguay, dirigían la red, que llevaba dos años operando en Madrid. Las 36 mujeres empadronadas en los dos pisos del paseo de la Dirección llevaban entre cinco meses y un año y medio viviendo en la capital, pero la policía estima que los detenidos podrían haber engañado y traído a España a más de un centenar de personas. "Lo tenían muy bien organizado", aseguran fuentes de la operación.

Al menos otras dos personas, el marido de María Dolly, Catalino V. C., y otra mujer, Olga Deisy, trabajaban para la red desde Paraguay, donde captaban a las víctimas con la promesa de un trabajo en España. En Asunción, la capital, controlaban una agencia de viajes, en la que se aleccionaba a las mujeres sobre cómo comportarse y qué debían responder a las preguntas de la policía en el aeropuerto de Barajas para hacerse pasar por turistas.

La red organizaba y financiaba el viaje a Madrid y las "clases particulares" a cambio de un pagaré de 1.800 euros y un aval consistente en las escrituras de todas las propiedades que las víctimas tuvieran en su país: casas, tierras... En caso de suspender el examen de Barajas, y ser devueltas a su país, las víctimas eran obligadas a pagar otros 1.800 euros para volver a intentarlo. De lo contrario, perdían la casa o las propiedades familiares que hubieran presentado como aval.

"Una vez aquí, las hacinaban en dos pisos y les sacaban todo el dinero que podían ganar trabajando en el servicio doméstico. Les cobraban 70 euros por el alquiler, 70 por la comida y 500 euros al mes más otros 150 de intereses para ir saldando la deuda". Así, se quedaban con todo su dinero y las mujeres no podían enviar nada a sus familias en Paraguay. "Era la forma de forzarlas a trabajar en la prostitución", explican fuentes de la operación.

"Muchas veces, cuando los empleadores querían contratar formalmente a las víctimas para trabajar en sus casas, comprobaban que no tenían papeles y las despedían". Como se quedaban sin ingresos, "algunas aceptaban la propuesta de Celso Dilio de trabajar en la prostitución, para seguir pagando su deuda".

Así era como la red obtenía las plusvalías. "Hemos encontrado resguardos de envíos de dinero de los detenidos a Paraguay y la cantidad más pequeña son 734 euros", añadieron las mismas fuentes. Como mínimo, la red habría estafado unos 63.000 euros a las víctimas, que se repartían entre los hermanos asentados en Madrid y los coyotes o captadores que trabajaban desde Asunción.

Las víctimas carecen de papeles y serán repatriadas, excepto las que hayan colaborado con la investigación, que podrán pedir un permiso de residencia por circunstancias excepcionales.

'Modus operandi'

- La red está compuesta por al menos cinco personas, tres en Madrid y dos en Asunción (Paraguay).

- Llevaba operativa dos años. Traficó con más de 100 personas.

- Exigía a las víctimas un pagaré de 1.800 euros y la escritura de sus propiedades como aval a cambio de la organización y financiación del viaje a Madrid.

- Se quedaban con el sueldo de las víctimas y en algunos casos, las obligaban a prostituirse.

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