Letras que buscan dueño

La primera canción de Kico Gómez se llamaba Sueños de un loco. Era apenas un niño. Eran los tiempos en los que ignoraba todavía el manejo de la guitarra y un amigo la aporreaba mientras él trataba de acompañarle con una improvisada batería con forma de caja metálica de galletas. Ya entonces él era el autor de la letra y se inspiraba en las ambiciosas proyecciones de futuro que da el paso de la infancia a la juventud. Sus ilusiones musicales se grababan a través de un casete en un cuarto de baño en el que se mejoraban los sonidos al rebotarse entre los azulejos. Ahora acaba de cumplir uno de aquellos objetivos marcados: editar su primer disco, Causa y efecto. 14 duetos con los que trata de demostrar que las canciones no son de quien las escribe. Son de quienes las interpretan. Son de quienes las escuchan.

"En el café-teatro Pay-Pay me di cuenta de lo que llena el directo"

"Puedes tener una canción y cada uno la va a asumir a su modo"

Kico Gómez, nacido en Cádiz en 1980, se ha curtido su carrera en la cuna musical de muchos jóvenes talentos gaditanos que tratan de abrirse paso en la industria discográfica con sus propias creaciones. El café-teatro Pay-Pay, en el gaditano barrio del Pópulo, fue la sede definitiva para dirigir su vida hacia los micrófonos y los golpes de guitarra, una vez ya dominada. Antes había formado un grupo, Leyenda, junto a unos amigos y había empezado a saciar la sed de directos en bares donde dejan tocar a los primerizos a cambio de un salario basado únicamente en los posibles aplausos. En el Pay-Pay se sumó al ciclo Esta noche, toca, donde participan reconocidos cantautores, y pudo grabar sus primeras maquetas. "Fue donde me di cuenta de lo que llena el directo, donde supe que esto me gustaba y que quería ir a más", relata.

Ahora acaba de editar su primer disco, producido por Benjy Montoya. Se ha rodeado de compañeros cantautores con los que forma pareja en las 14 canciones que se incluyen. "Son letras sobre aspectos de la vida cotidiana", resume el productor. Algunas están escritas desde hace muchos años y ahora vuelven a cobrar sentido. "A lo mejor se las dediqué a una persona muy especial entonces, pero creo que pueden seguir teniendo un valor con el paso del tiempo", considera el cantautor. En Tarareándome reclama contra una huida todavía evitable, en Las cosas por su nombre reivindica la sinceridad ocultada por el miedo, en Toda en mi costado homenajea el amor llevado al máximo. "Lo bonito de escribir una letra es que deja de ser tuya en cuanto otro la canta o alguien la escucha. Todos los cantantes que me acompañan la han interpretado a su modo y la han cambiado absolutamente. Le han dado la personalidad", reflexiona Kico Gómez. Por eso ha llamado a su disco Causa y efecto. "Puedes tener una canción y cada uno la va a asumir a su modo. La letra y la música van a provocar también sensaciones diferentes en cada uno que la escuche", sostiene.

Kico Gómez busca en cada actuación las miradas del público porque es donde puede recoger personalmente los efectos de sus creaciones. "Ésa es la mayor ilusión de cantar en directo". Dice sentirse orgulloso de haber sido anfitrión de sus habituales compañeros de escenario en su disco. Entre las voces que revisan sus letras y melodías, están las de Verónica Díaz, Elena Bugedo, Miguel Rodríguez, Zahara, José Antonio Delgado o Paloma García, la dueña del Pay-Pay.

Cuando era niño dedicó su primera canción, Sueños de un loco, a un joven perdido que encerraron en un manicomio por tener demasiadas ilusiones. Gómez aguanta sus pies en el suelo de la realidad discográfica. "Es un mundo difícil, pero es bonito demostrar que en España se pueden hacer las cosas con calidad y que hay gente, como mis 14 compañeros, con capacidad para cantar y aportar cosas nuevas". Sueña con poder vivir de sus letras. Su ilusión busca su causa diaria en nuevas canciones y la hace realidad cada vez que provoca en alguien un efecto.