Las emisoras comunitarias están a punto del cierre
Un manifiesto pide la supervivencia de 17 entidades sin ánimo de lucro
Una veintena de televisiones locales sin ánimo de lucro están a punto del cierre. Son emisoras de las llamadas "de proximidad", cuya programación está dedicada a fines sociales y comunitarios. Algunas llevan 25 años operando en el limbo. La administración las ha considerado históricamente alegales. Es el caso de Tele K, en el madrileño barrio de Vallecas, o de la catalana TV Carcedeu, decana del sector.
Varios grupos políticos han intentado que las 17 emisoras afectadas adquieran la categoría de legales. IU presentó una enmienda a la Ley de Medidas de Impulso de la Sociedad de la Información (LISI), en trámite parlamentario, pero la Comisión de Industria del Congreso echó abajo la iniciativa.
Ahora, un centenar de catedráticos y profesores universitarios han ratificado un manifiesto en el que piden al Congreso su regulación. Entre los firmantes figuran Enrique Bustamante, Agustín García Matilla, Manuel Chaparro, Juan Benavides y Francisco Sierra.
Estas emisoras -algunas de las cuales se han presentado, sin suerte, a los concursos autonómicos- desaparecerán el 1 de enero de 2008, fecha del apagón analógico para los operadores locales. "Es una injusticia, la reducción del pluralismo y una forma de acabar con un patrimonio cultural de 25 años", afirma Francisco Pérez, responsable de Tele K, según el cual la regulación de estas emisoras "estaba en el programa electoral del PSOE".
Industria argumenta que en ningún proyecto legislativo estaba prevista su legalización y explica que la planificación de frecuencias específicas de ámbitos muy pequeños es complicado porque el espectro radioeléctrico del que se dispone es reducido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.