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Reportaje:El final de un ciclo de éxitos

Juande rompe con el Sevilla

El técnico rescinde unilateralmente su contrato para poder convertirse en mánager del Tottenham

Juande Ramos dejó de ser entrenador del Sevilla en la noche de ayer como paso previo a su firma como mánager del club londinense Tottenham Hotspur, que le ofrece unos ingresos de alrededor de 40 millones de euros brutos por cuatro años. El técnico manchego y el preparador físico Marcos Álvarez rescindieron sus contratos de manera unilateral y dejaron de formar parte de la entidad sevillista poco después de las diez y media de anoche.

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El club inglés ya había intentado fichar a Ramos en verano, pero ambas partes decidieron entonces esperar a que expirara, en junio próximo, el contrato del entrenador con el conjunto sevillista. Pero la oferta se convirtió en una urgencia para los Spurs, en los últimos puestos de la clasificación de la Premier, tras su derrota ante el Getafe en la Copa de la UEFA del pasado jueves y el despido de Martin Jol. La oferta de los londinenses la confirmó el pasado agosto el propio Ramos, curiosamente, en una conferencia de prensa convocada para desmentir las negociaciones. El Tottenham aún no ha confirmado la contratación del técnico español que firmará esta tarde.

Ramos se reunió poco antes del entrenamiento matutino de la plantilla con el presidente del club, José María del Nido, y el director deportivo, Ramón Rodríguez Monchi, para confirmar su decisión de dejar el club. La salida del entrenador supone el final del ciclo de mayor éxito de la entidad en sus más de 100 años de historia, en el que la entidad sevillana ha sido campeón de la Copa de la UEFA en dos ocasiones, de la Supercopa de Europa, de la Copa del Rey y de la Supercopa de España. La salida del entrenador le llega al Sevilla en un momento bastante menos brillante. El conjunto llegó a encadenar hasta cuatro derrotas consecutivas en Liga que, sumadas a la encajada frente al Arsenal en la Liga de Campeones, han minado considerablemente la confianza del equipo en sus propios recursos. El propio trabajo de Ramos no estuvo a la altura de las dos temporadas anteriores y no supo dar ni con los actores ni con la personalidad del conjunto.

El sustituto del manchego en el banquillo sevillista, de cara a los próximos encuentros al menos, será el técnico del filial, Manolo Jiménez, que ayer mismo comió con Del Nido y Monchi muy cerca del estadio, antes de dirigir el entrenamiento del Sevilla Atlético. Muy probablemente será Jiménez el que dirija al equipo en los compromisos ligueros contra Valencia, Atlético de Madrid y Real Madrid, y el de Liga de Campeones contra el Steaua en Bucarest.

El reventón ha sido de los que marcan una época, pero no supone tanta sorpresa como podría parecer. Ramos fue, sin duda alguna, una de las piezas fundamentales del conjunto admirado y campeón que se construyó sobre el insumergible competidor que dejó Joaquín Caparrós. La espectacular evolución de la entidad sevillana se apoyó en tres patas: la presión sin respiro aplicada por Del Nido, la política de ventas y fichajes dirigida por Monchi, y el desempeño futbolístico patroneado por Ramos.

El Tottenham le convertirá con 4,5 millones de euros de sueldo anual neto, en el segundo entrenador mejor pagado del mundo, y sin duda el mejor español de la historia, tan sólo superado por el del Inter de Milán, Roberto Mancini (5,5) y empatado con el del Milan, Carlo Ancelotti. En el club londinense, Ramos se encargará no sólo de la parte táctica sino que decidirá sobre fichajes y planes de futuro.

Relaciones no tan cordiales

La fantástica marcha del Sevilla durante las dos pasadas temporadas se produjo como fruto de la combinación de varios factores y a pesar de la de otros. El presidente, José María del Nido, renovó el club de arriba a abajo hasta convertirlo en una maquinaria perfectamente sincronizada y con envidiable éxito en sus distintas facetas. El precio fue convertir cada cosa en un reto, en el último reto. Pero no todo el mundo puede ni quiere vivir en el vértigo.La relación del presidente con Juande Ramos nunca fue ideal, pero en los últimos tiempos era sencillamente inexistente. A pesar de hablar casi a diario, no había comunicación entre ambos. Del Nido ninguneó al técnico manchego hace pocos meses al decir en público que el Sevilla le había sacado del paro. Ramos, que no se sentía especialmente querido por la afición ni valorado por el club, se encastilló bajo su máscara de palo.El pasado junio, el entrenador manchego se volvió a sentir menospreciado con la oferta de renovación que le planteó el presidente sevillista. Del Nido le ofrecía dos años y una serie de recompensas económicas vinculadas a una exigente lista de éxitos deportivos. La renovación no se firmó y el contrato se extendió una temporada más como comprendía una de sus cláusulas. Ramos no se fue en julio porque no tenía ofertas, o al menos ofertas que le interesaran. La del Tottenham le llegó en agosto, pero acordó verbalmente con Del Nido que cumpliría su contrato. El ultimátum de los londinenses ha acabado con ese trato y con la poca relación que había entre ambos.Tampoco había ya sintonía con el director deportivo, Ramón Rodríguez Monchi. El entrenador se ha quejado en privado de que el club no le había consultado ninguno de los fichajes que se realizaron para este curso. Ramos respondió a la afrenta a sus poderes ignorando a recambios como De Mul o Mosquera.

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