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La presidenta de las Cortes ni aplica transparencia, ni recorta gastos

La Sindicatura sigue sin noticias de la Cuenta General del Parlamento

Milagrosa Martínez se estrenó como presidenta de las Cortes Valencianas con dos sonadas iniciativas en favor de la austeridad y la transparencia en el seno del Parlamento autonómico. Primero propuso un recorte de sueldos que el presupuesto para 2008, aprobado hace una semana, tiró por tierra. Luego anunció que las Cortes remitirían a la Sindicatura de Comptes la Cuenta General de la Cámara de 2006 "como gesto de cooperación y transparencia". Cinco semanas más tarde, la Sindicatura de Comptes sigue sin noticias de las cuentas del Parlamento autonómico.

La Mesa de las Cortes, que "aprobó" la iniciativa de la presidenta, según una nota oficial distribuida el 19 de septiembre, nunca alcanzó un "acuerdo" al respecto. El anuncio de Martínez carece de reflejo formal en un acta firmada. No existe.

Un portavoz de la presidencia de las Cortes aseguró ayer que la iniciativa sigue el "procedimiento reglamentario": un paso por la comisión de Gobierno Interior, vuelta a la Mesa de las Cortes y comunicación al pleno para culminar el trámite. Añadió que el recorrido está a punto de cerrarse. Pero la comisión de Gobierno Interior no se ha reunido desde que Martínez aireara su iniciativa y levantara una notable polvareda.

Julio de España, presidente del Parlamento autonómico durante la pasada legislatura, logró triplicar los gastos de protocolo, relaciones públicas y publicidad de la institución. La partida que rozaba los 800.000 euros en las cuentas de 2002 se disparó hasta 2,1 millones de euros en 2006. Además, las cuentas de las Cortes arrojaron un déficit de 3,5 millones de euros en 2006, un desfase entre ingresos y gastos desconocido hasta la fecha.

Pero el supuesto ataque contra la gestión de De España que entrañaba la iniciativa de Martínez tropezó con otras resistencias. La Sindicatura de Comptes es un organismo dependiente de las Cortes. Puede, pero nunca ha fiscalizado las cuentas de los jefes. Y un portavoz asume abiertamente que la entidad fiscalizadora dará por buena cualquier comunicación que reciba de las Cortes, a ser posible un escueto cuadro de ingresos y gastos.

Los grupos parlamentarios, por su parte, reciben generosas subvenciones para gastos de funcionamiento cuando las propias Cortes asumen todas las facturas habituales. Y nadie ha preguntado nunca sobre el destino de esos fondos.

Monarquía, república y silencio

Marina Albiol, diputada de Compromís pel País Valencià, subió ayer a la tribuna de las Cortes para defender el rescate del aparcamiento del Hospital General de Castellón y se arrancó con una diatriba en torno a las "combustibles imágenes del Rey y de la cabra de la Legión" y a "la patética competición" entre populares y socialistas para comprobar "quién es más español".

Milagrosa Martínez reclamó a la diputada que se atuviera a la cuestión.

La diputada por Castellón hizo oídos sordos y planteó la convocatoria de un referéndum sobre el modelo de Estado para que los ciudadanos opten "libremente por la monarquía o la república".

Segundo aviso.

Ni caso. Albiol descargó el discurso que la junta de portavoces vetó hace una semana con los votos del PP y el PSPV.

La presidenta pulsó un botón, silenció a la parlamentaria y suspendió la sesión. "No voy a juzgar la actitud de los diputados, mi misión es aplicar el Reglamento", explicó después.

Antes del incidente, el PP arremetió contra el Gobierno central a través de una iniciativa encaminada a ampliar el número de juzgados en la Comunidad Valenciana. El Gobierno prevé 20 más hasta 2010 y el Consell dice exigir 25.

La mayoría también rechazó una propuesta socialista para recuperar para cooperación al desarrollo los fondos inicialmente previstos en el presupuesto de 2007 y cuyo destino se modificó en dos fases, en febrero y mayo, hasta recortarlos del 0,7% del gasto de la Generalitat al 0,2%.

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