El 'puzzle' de Vigo y la cultura
Expertos, protagonistas y críticos toman el pulso a la salud creativa de la mayor ciudad de Galicia
Hubo un tiempo lejano en el que la palabra movida se escribía con "v" de Vigo. Algunos, como Manuel Bragado, director general de Edicións Xerais, la recuerdan como una época de intercambios, como "las idas y venidas del escritor Manolo Romón a Liverpool o aquella cosa tan atrevida de ponernos a la altura del Madrid de Tierno Galván".
Xulio Gómez, uno de los impulsores del colectivo Sinsal, organizadores, entre otros eventos, de un festival de música contemporánea con cuatro ediciones al año, sostiene, en cambio, que no es cuestión de tamaño, sino de prioridades y que Vigo no se puede comparar con ciudades como Madrid o Barcelona. Por otro lado, se desaprovechan cercanías puesto que, añade, "ni instituciones ni medios de comunicación miran hacia el altísimo nivel que tiene la programación cultural de muchas ciudades portuguesas".
Bragado opina que la ciudad desperdició la situación de privilegio de la movida
Nota alta para los creadores individuales y colectivos independientes, pero suspenso para las instituciones, que Gómez tilda de "dramáticamente conservadoras e irresponsables por no haber asumido su función educativa y dejarse complacer por los números". En 2006, Caixanova programó en Vigo 1.407 eventos culturales, según fuentes de la entidad financiera. La cifra convierte a la caja en el mayor agente cultural de la ciudad. Le siguen Caixa Galicia, que en 2009 inaugurará sede en un remodelado Teatro Fraga, y la última en llegar a la ciudad, la Fundación Barrié, hace tres años.
A juicio de Bragado, los protagonistas de la movida "nos colocaron en una situación de privilegio que perdimos en los últimos años". Una sensación compartida por la gente del Sinsal, que demanda que la música sea tenida en consideración a la par que otras manifestaciones artísticas, empezando porque haya, al menos, una asignatura de música en la Facultad de Bellas Artes y se creen fonotecas públicas.
En la vertiente del ocio, las propuestas abundan. José Argibay, socio de los locales La Casa de Arriba y La Fábrica de Chocolate, cuenta unas 20 actuaciones al mes entre todas las salas de la ciudad y su análisis es que "nunca hubo un ambiente más propicio para la música en directo", aunque echa en falta una agenda de conciertos que haga más extensiva la convocatoria.
Una de las instituciones mejor valorada de la ciudad quizá sea el Marco, el Museo de Arte Contemporánea. El museo dedica su Espazo Anexo a los creadores gallegos pero, más que ser espejo del trabajo de los locales, su orientación principal es, en palabras de su director actual, Iñaki Martínez Antelo, "crear contextos para los artistas ofreciéndoles formación e información". Una tarea que se vehicula a través de los talleres de artistas, cursos, conferencias, la promoción exterior de los creadores y las muestras que produce el museo además de las que consigue atraer a su sede.
El Marco es un centro cultural abierto a todas las manifestaciones artísticas, a proyectos con otros museos y a eventos como el Festival Sinsal o el encuentro de jazz Imaxina Sons, entre otros. El público responde. La prueba es que la cifra de asistentes se ha duplicado este verano desde que el pasado mes de julio se dejase de cobrar entrada al museo.
También Inés Ramiro, desde la galería Ad Hoc, reconoce el papel revitalizador del Marco y de la Facultad de Bellas Artes en el panorama artístico actual aunque, como galerista, considera que el museo debería tener una colección propia. Ramiro, quien fue presidenta de la Asociación Gallega de Galeristas, subraya la labor de promoción de los artistas locales en ferias internacionales "porque ahora hay una generación importante".
A falta de un auditorio municipal en condiciones, en Vigo hay dos salas de teatro alternativas. Es un caso inédito en Galicia. La más reciente es Teatro Arte Livre, que abrió hace poco más de un año. Raquel Hernández y Pedro Fresneda se mudaron de Madrid a Vigo para fundar Teatro Ensalle hace cuatro años. Un tiempo en el que han tenido que caminar en solitario a pesar de formar parte de la coordinadora estatal de salas alternativas, algo de lo que, asegura Fresneda, "el concello de Vigo ni se había enterado, aunque esperemos que las cosas cambien".
Los 27.000 espectadores que ya han pasado por el local sí les han confirmado que "el público existe y no tiene ningún problema en pagar por ver espectáculos de calidad". Denuncian falta de oportunidades para los creadores gallegos que ocasiona una fuga de talentos: "Se podría establecer una temporada amateur, pensando en los alumnos de la Escola de Arte Dramática pero es imprescindible el apoyo institucional".
La queja se repite. El Festival Alternativo de Teatro y Danza (Alt) camina hacia su séptima edición pero sus artífices, Lola Correa y Roberto Taboada, de la Asociación Cultural Noescafé Teatro, se preguntan si hay vida después. Falta, dicen, una programación estable de artes escénicas que complete estos esfuerzos.
Ese es uno de los objetivos del actual concejal de cultura vigués, el nacionalista Xesús López, en el marco de "una política cultural trazada a corto, medio y largo plazo". El fomento de la lectura, revisar la red museística, en especial el Museo do Mar y el Verbum, y el impulso a los tres principales festivales que se celebran en la ciudad (Imaxina Sons, Are More y Alt) son otros retos para López, quien pretende, además, crear un organismo consultivo que integre a los dinamizadores y al tejido asociativo de la ciudad. El edil cree que su tarea como político debe ser "la de coordinar para que todos los elementos concuerden y se produzcan avances".
"Somos el ejemplo de lo que no se debe hacer, y eso hay que agradecérselo a gobiernos de todos los colores", opina Manuel Bragado. El editor habla de una ciudad "volcán de dinamismos" en la que se da la paradoja de "vivir en la indigencia lectora a causa de la falta de bibliotecas y la incapacidad de las entidades públicas para dinamizar la promoción cultural". Y eso que Vigo es la capital editorial de Galicia y la ciudad con más superficie expositiva.
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