_
_
_
_

Amenaza de ruptura en tres gobiernos de coalición de Ourense

Reunión de la comisión de seguimiento para intentar frenar la crisis

El engranaje de los pactos chirría en Ourense. Tres municipios -Vilariño de Conso, Castrelo de Miño y Lobios- están en situación de alerta máxima por riesgo de ruptura y en O Carballiño ni siquiera se ha llegado a formar la coalición que establecía el acuerdo marco firmado por PSdeG y BNG. Socialistas y nacionalistas repiten ante terceros la palabra "diálogo" como conjuro contra el desencuentro.

La comisión de seguimiento de los pactos se reunirá esta semana para intentar un acuerdo, pese a que los protagonistas de cada municipio reconocen que no se hablan y, en algún caso, que apenas se conocen.

"El PSdeG tiene que entender que esto es un bipartito, que no hay alcaldes presidencialistas", resume el sentimiento del BNG el teniente de alcalde de Lobios, Jesús Deibe Fernández. Como todos, Fernández apela al diálogo, pero al mismo tiempo advierte que el BNG "no está para acatar imposiciones del PSOE: no tienen mayoría y somos dos partidos distintos gobernando". "Tienen que asumir que sin nosotros no estarían ahí".

Deibe Fernández empapeló el pueblo con bandos de la tenencia de alcaldía anunciando inversiones de departamentos de la Xunta en manos del BNG y sin informar al socio alcalde. Cada uno que ponía, se lo retiraban los socialistas. "Infringe la Ley", sentencia el regidor, José Lamela, expresando su malestar y su hartazgo. "Yo no soy alcalde para dedicarme a la estrategia política, sino para trabajar por el desarrollo de mi pueblo y no quiero abandonar, pero si no puedo trabajar, tendré que dejarlo y que lo hagan otros", afirma el regidor.

Lamela, que tiene cuatro ediles, frente a tres del PP, dos del BNG y uno independiente, también apela al diálogo. "Estoy abierto a todo", dice, "pero así no se puede trabajar; el teniente de alcalde acaba de anunciar en los periódicos una convocatoria de vivienda pública de la Xunta para el pueblo de la que yo no sabía nada".

Deibe Fernández reconoce que ha sustituido los bandos por notas informativas que pega por el pueblo. "Nosotros gobernamos nuestra parcela por nuestra cuenta y no acatamos imposiciones; si no les gusta, rompemos". La imposición a la que alude tiene origen en la decisión del alcalde "de secuestrarnos una moción". Se refiere a la que registró el BNG reclamando un Punto de Atención Continuada "que nosotros estábamos ya negociando", señala el socialista. Lamela la vetó inicialmente, pero acabó incluyéndola en el pleno "porque todos pedíamos lo mismo, sólo querían venderla ellos".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La situación de desencuentro que se da en Lobios, que ha unido en el gobierno local a dos personas que no se conocían, es similar a la de Vilariño de Conso, aunque aquí los nacionalistas renunciaron ya a sus competencias -"pero no al sueldo", señalan fuentes del PSdeG- escenificando la ruptura. De momento, el pacto está en el limbo: ni lo hay, ni deja de haberlo. El alcalde socialista, Arcadio González, no hace declaraciones, pero fuentes de su entorno sostienen que baraja la posibilidad de abandonar. "La presión que ejerce el BNG es tremenda", sostienen.

Reabrir el diálogo

El secretario de organización del PSdeG en Ourense, Miguel Fidalgo, y el responsable comarcal del BNG, Abelardo Rúa, nombran la palabra mágica, "diálogo", para espantar la ruptura definitiva. Rúa plantea las demandas del BNG en Vilariño: "El acuerdo establece que las áreas son delegadas, incluso la firma, pero desde el primer momento el alcalde se empeñó en anular las decisiones de nuestro teniente de alcalde".

Los socialistas hacen otro análisis: "El BNG intenta paralizar la acción de gobierno de nuestro regidor, vulnerando el acuerdo, y ejercer la alcaldía". Pero los dos dirigentes provinciales creen que hablando podrán llegar a acuerdo. Rúa, que tiene la experiencia del fracaso del gobierno tripartito de Verín sostiene que es imprescindible no abonarle el camino a los populares.

El único de los pactos de la provincia en alerta roja en el que los socialistas no ostentan la alcaldía es el de Castrelo de Miño. El alcalde nacionalista Xurxo Pérez firmó el acuerdo, pero no repartió juego, de manera que los concejales socialistas no tienen aún competencias. "Sin embargo", matiza Fidalgo, "él ya pactó con dos representantes del pasado más rancio del PP, Senén Pousa y Rogelio Martínez, la mancomunidad del Ribeiro; le dio la representación al PP y nos dejó fuera a nosotros".

La pinza en O Carballiño

El municipio de O Carballiño es el máximo exponente del desencuentro entre socialistas y nacionalistas. Los recelos previos del BNG a aplicar el acuerdo marco han dejado al PSdeG -le falta un edil para la mayoría absoluta- al albur del gobierno minoritario y de la pinza, hasta ahora sistemática, de BNG y PP. Pese a que el alcalde apenas puede gestionar, ya que no le aprobaron la dedicación exclusiva, Miguel Fidalgo es moderadamente optimista. "Si se aparta a un par de personas empeñadas en dinamitar el acuerdo, es cuestión de tiempo conseguirlo".

Fidalgo reconoce las "grandes dificultades", pero anima a un esfuerzo de resistencia mientras relativiza la situación. "De los 16 pactos firmados por el PSdeG en la provincia", señala el socialista, " nueve fueron suscritos con el BNG y sólo hay tres con problemas".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_