Javier de Castro, el compromiso con la izquierda
Fue dirigente de CC OO de Euskadi
Javi nos ha dejado a sus 63 años, víctima de una enfermedad profesional relacionada con la exposición al amianto. Nacido en Sestao en una familia de la clase obrera, aquella que con tanto talento inmortalizó Agustín Ibarrola en su obra, dio sus primeros pasos laborales en Altos Hornos de Vizcaya (AHV). Allí empezó su militancia en la izquierda antifranquista, en aquella ETA que tenía en su seno su propio Frente Obrero. A finales de los sesenta tuvo que huir a Bélgica y en el exilio formó parte activa de un grupo de militantes de ETA que comprendieron que la lucha armada era un camino que llevaba al pueblo vasco a ninguna parte.
Rompió con ETA en el setenta, en pleno franquismo, para contribuir a la conformación de una izquierda vasca que con el resto de las fuerzas democráticas precipitara el final del régimen franquista. Mientras cursaba sus estudios de economía en la Universidad de Lovaina, donde se licenció, inició su militancia en el Partido Comunista de Euskadi.
A la vuelta del exilio siguió militado en el PCE-EPK y en CC OO como miembro del comité de AHV. En el desempeño de esta función representó a su sindicato ante la CECA durante 10 años. Fue también candidato a lehendakari por Izquierda Unida.
La izquierda y su familia fueron su vida y su ilusión. Javi valoraba la amistad en una Euskadi donde las turbulencias políticas la estaban convirtiendo en un bien escaso. Fue un militante más preparado para el consenso que para el conflicto. Siempre prefirió una sonrisa o una carcajada al insulto o la discusión sin fin. Sin duda, porque desde muy joven aprendió a distinguir entre los temas por los que merece la pena luchar de aquellos otros que, aunque imaginarios, nos enfrentan e incomodan todos los días.
Javi, te has ido cuando más falta nos hacen compañeros como tú, dispuestos a todo por nada. Gracias por tu amistad. Te has ganado la paz. Descansa camarada.
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