Chicago en La Plana
Desarticulada una banda que extorsionaba a empresarios rumanos en Castellón
Al más puro estilo de la mafia. La policía ha desarticulado una banda, afincada en Castellón, que se dedicaba a extorsionar y amenazar a empresarios de nacionalidad rumana con negocios en la Comunidad Valenciana. Los integrantes acudían a las empresas a cobrar algo parecido a un impuesto revolucionario por implantarse en un territorio que consideraban "suyo". Si el empresario se negaba, comenzaban las amenazas de muerte y las agresiones. La desarticulación tuvo lugar el pasado fin de semana en la localidad castellonense de Burriana, donde la policía detuvo a 26 rumanos y un albanés, de edades comprendidas entre los 22 y los 38 años.
Un juez ha decretado para cinco de ellos prisión incondicional, acusados de asociación ilícita, amenazas y tentativa de homicidio, los mismos cargos que se les imputan al resto de miembros de la banda. Entre los cinco encarcelados se encuentran los hermanos Sarmale, de 25 y 27 años, considerados como los máximos responsables de la organización delictiva que tenía su sede en la comarca de La Plana. Los otros tres son considerados, según fuentes policiales, como los más violentos del grupo.
Los imputados fueron detenidos cuando iban a destrozar una discoteca en Burriana
Las detenciones se produjeron en la noche del sábado, después de cerca de un año de investigaciones. El propietario de la discoteca Neptun, de Burriana, se había negado a pagar la extorsión. Así, según fuentes policiales, se averiguó que la banda estaba reclutando a gente para pasar del intento de extorsión a las amenazas y la agresión.
El grupo se había organizado para actuar a primera hora de la noche, aprovechando la falta de clientela y con la intención de "destrozar el local, golpear a los empleados e, incluso, disparar al propietario", tal como indicaron las mismas fuentes. Además de ejecutar sus amenazas, los cabecillas de la banda pensaron que su actuación serviría como ejemplo a otros empresarios que se negasen a pagar.
Sobre las 23.30 del sábado, los individuos llegaron a la puerta del local, ubicado en un polígono industrial. Primero, destrozaron el vehículo del propietario, que se encontraba aparcado en la misma calle. Las porras metálicas extensibles, los nunchacos (instrumento utilizado en artes marciales), los bates de béisbol, cadenas y hasta un palo de golf sirvieron para dejar el vehículo totalmente destrozado.
Pero cuando se disponían a entrar en el local, se desplegó el dispositivo de más de 50 policías, pertenecientes al grupo de Secuestros de la UDEV Central, agentes de Policía Judicial y Seguridad Ciudadana de la Comisaría de Castellón, y un GOE (Grupo de Operaciones Especiales) de la Jefatura Superior de Valencia, preparado para abortar el ataque en una acción que la propia policía ha calificado de "rápida, contundente y efectiva".
Así se produjo la detención de las 26 personas a las que se ocupó gran cantidad de armas entre las que se encontraban dos pistolas, una con munición real y otra con munición detonadora, una catana, una daga, varias navajas, un cúter, varias porras metálicas extensibles, unos nunchacos, tres bates de béisbol, un palo de golf, varias cadenas, un trozo de cable de alta tensión para ser usado como un bate y varios trozos de cable para ser utilizados como porras. También se hallaron dos rollos de cable y dos herramientas para cortarlos con el fin de "construir" más porras con las que golpear a sus víctimas.
Según fuentes policiales, la extorsión no se limitaba a la provincia de Castellón sino que la banda ha actuado en varios municipios de la Comunidad Valenciana contra empresarios de origen rumano dedicados a salas de fiestas, discotecas, clubes de alterne y otros negocios como carnicerías y constructoras.
Sin embargo, la policía no puede cuantificar cuántos empresarios han sido extorsionados ya que, hasta ahora, la mayoría se limitaba a pagar a la banda mafiosa. La operación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.
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