"Se lo hemos puesto más difícil a los delincuentes"
No es Alfredo Suárez Canal (Allariz, 1951) un político de los que se dejan llevar por las emociones. Su tendencia a contener el gesto le facilita la tarea a la que se emplea con ahínco desde que el pasado lunes dio a conocer los resultados de la campaña de incendios de 2007: repasar los datos sin caer en la euforia. El desastre del verano de 2006 todavía pesa sobre las espaldas del conselleiro do Medio Rural. En la entrevista, realizada en gallego y traducida al castellano, el político nacionalista intenta desterrar la sensación generalizada de que el monte no ardió porque la lluvia lo impidió. "Se lo hemos puesto más difícil a los delincuentes", resume.
Pregunta. Hasta el 30 de septiembre de 2007 ardió un 90% menos de superficie que la media entre 1997 y 2005. ¿Se siente aliviado?
"No tiene sentido valorar ahora si el Gobierno o yo resistiríamos otro verano como el pasado"
"La lluvia es determinante en la lucha contra los incendios, pero no todo se puede explicar por el clima"
"El de las tramas es un debate sin sentido; desvelarlas corresponde a jueces, fiscales y Guardia Civil"
"No creo que se pueda repetir una crisis como la de la oleada de incendios del año 2006"
Respuesta. No, aliviado no. Digamos que estamos razonablemente satisfechos, porque creemos que trabajamos en una dirección acertada. Y eso, por lo tanto, nos invita a seguir trabajando. Razonablemente satisfecho.
P. Los agentes forestales le acusan de triunfalista.
R. Bueno, más que triunfalista, yo he hecho una lectura
rigurosa. Yo no dije en ningún caso que fuesen unos resultados para echar las campanas al vuelo. Son razonablemente satisfactorios, están ahí, a la vista. Y en la lucha contra los incendios habrá altibajos y tendremos un horizonte para seguir trabajando en los años sucesivos. Quien hable así, por lo tanto, tiene un juicio apriorístico de la valoración. Nosotros presentamos balance de resultados, y cualquier periodista que estuviera en mi rueda de prensa sabe perfectamente que hice escasísimas valoraciones de los datos. Lo que sí es importante cuando uno tiene interés en seguir trabajando de cara al futuro es hacer valoraciones rigurosas, y cuando los resultados son satisfactorios, analizar en qué se pueden mejorar y qué cosas se hacen bien para profundizar en ellas.
P. ¿Descarta que este verano se haya dado una simple mejora coyuntural?
R. Las mejoras estructurales en el monte no se pueden producir en un año. Se producirán cuando tengamos un monte con otra política forestal, con mayor diversidad de especies, con mayor valorización de nuestro patrimonio forestal, con aprovechamiento de la biomasa y con mucho menos monte abandonado. Esos cambios estructurales no se consiguen en un año. Lo que sí afrontamos fueron algunos cambios estructurales que empezarán a dar resultados a medio plazo, como la ley de prevención y defensa contra incendios, que eleva a rango de ley la prevención. La ley introduce mecanismos de gestión forestal para valorar el monte a corto plazo, con medidas sobre la relación con otras administraciones para la limpieza de perímetros rurales, con mecanismos que involucran a la sociedad en la limpieza de los montes, con mayor participación social, no sólo del voluntariado... Hubo mayor vigilancia y disuasión de los delincuentes. Y hubo cambios en el operativo que aprovecharon las cosas mejores que tenía el anterior y sobre ellas establecieron nuevos protocolos, nuevas actuaciones, el fortalecimiento del mando único... Si son cambios estructurales o no, que lo decida cada uno. Y está claro que el clima es un factor determinante y tiene su peso. Pero de un análisis riguroso de los datos se evidencia que no todo lo que pasó se puede explicar sólo por la variable climática.
P. Según Greenpeace, las crisis incendiarias en Galicia se dan cada cuatro o cinco años. ¿Cree que puede repetirse una situación como la de 2006?
R. Bueno, yo no creo que se pueda repetir una crisis de esas características. Las circunstancias climáticas que se dieron el año pasado sí se pueden repetir, aunque fueron muy excepcionales. Es posible también que se vuelva a repetir la intencionalidad de la mano del hombre que le planta fuego al monte, porque eso no lo podemos evitar. En ese contexto, lo que creemos es que hay instrumentos jurídicos, normativos y en el dispositivo que están en mejor situación para afrontar una situación adversa.
P. ¿Resistirían el Gobierno y el conselleiro otro verano así?
R. Yo creo que no tiene sentido andar con esas valoraciones en estos momentos. Es el momento de mirar adelante, a lo que aconteció este año, y pensar que debemos seguir trabajando. No tiene sentido hacer valoraciones de otra índole.
P. ¿Los datos de 2007 le han servido para saber con mayor exactitud por qué arde el monte y qué ocurrió en 2006?
R. Los datos que vemos aún no están analizados en detalle. Sabemos que sigue habiendo un porcentaje elevado, de entre el 60% y el 70%, de fuegos intencionados. Y hay imputaciones muy diversas. Ahora se investigan muchos más incendios y también el número de detenidos es mucho mayor. Respecto a 2006, ya hemos hecho todos los análisis. Está todo dicho por nuestra parte, y por la comisión del Parlamento pasó todo el que tenía que pasar. No vale de nada seguir mirando atrás. Tenemos nuestra interpretación de lo que ocurrió el año pasado, y lo que está ocurriendo en todo el planeta debería llevarnos a una reflexión sobre la importancia de la evolución del clima y del problema de los incendios.
P. Los informes de la fiscalía y de la Guardia Civil descartan la existencia de una trama.
R. Los informes dicen que los incendios intencionados son entre el 70% y el 80% del total. Por lo tanto, coincidimos con esos informes en ese tema. Otra cosa es que las personas que se detienen tengan otra configuración cuantitativa. Porque es más fácil detener al que comete una negligencia que a otra persona que a lo mejor escapa del sitio y a veces hasta ayuda a combatir el fuego. Las cifras de intencionalidad coinciden con los informes de la Guardia Civil, pero los informes es importante leerlos en su integridad. El de la trama es un debate sin sentido. Desvelar las tramas corresponde a los jueces, a los fiscales y a la Guardia Civil. A nosotros lo que nos corresponde es prevenir y combatir los incendios, y en todo caso que nuestras brigadas determinen la causalidad. Y seguimos diciendo que existe un número muy importante de incendios que se deben a causas intencionadas.
P. La fiscalía ha encargado un perfil socio-psicológico de los incendiarios detenidos. ¿Cree que será útil, dadas las características de los arrestados?
R. Todos los trabajos que se hagan siempre son útiles. Hay más detenidos por negligencias, pero también los hay de intencionalidad, y eso permitirá conocer algunas causas del fuego intencionado. Por eso cualquier trabajo siempre será positivo.
P. ¿Qué nueva medida destacaría por su efectividad?
R. El resultado de este año no debe motivarnos a hacer valoraciones simplistas, en busca de un titular. Tenemos que hacer valoraciones rigurosas y objetivas. Se hicieron cosas importantes en el terreno normativo, con una nueva ley e instrumentos para valorizarla. Se dieron saltos importantísimos en la involucración social y se lo hemos puesto difícil a los delincuentes, con mayor vigilancia y con mayor coordinación entre los cuerpos de seguridad del Estado y la consellería. Es difícil singularizar una de esas medidas, todas con su peso en los resultados, como también lo tuvo la evolución climática.
P. En 2006 se habló mucho del factor 30: más de 30 grados, viento superior a 30 kilómetros por hora y humedad inferior al 30%. ¿Se dio este verano el factor 30?
R. Sí, muchos días en determinadas zonas. Lo que no se dio fue un período como las dos semanas de agosto del año pasado, que tampoco se había dado nunca en Galicia. Todos los días se cumplieron los tres 30 famosos, y con encalmadas nunca superiores a dos horas por la noche.
P. Este año llovió menos, pero el mes más seco del verano fue septiembre, de menor riesgo.
R. No, los meses de mayor peligrosidad son agosto y septiembre. En cuanto a lluvia, este año los datos fueron muy inferiores a la media de los últimos años, sobre todo septiembre. Es cierto que junio fue anormalmente lluvioso y julio, superior a la media. Ahora bien, con esos datos, y teniendo en cuenta que en agosto hubo mucho viento y en septiembre había mucha biomasa acumulada, eran semanas que tendrían que estar claramente por encima de los datos de los últimos años. Y los resultados evidencian lo contrario. En septiembre ardió la cuarta parte de la media de septiembre de años anteriores.
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