Un coleccionista de Alicante reúne dos kilómetros de bolígrafos

Un coleccionista de Alicante ha reunido en los últimos dieciséis años una colección de 12.550 bolígrafos diferentes procedentes de las más diversas promociones de publicidad -considerados todos ellos por los expertos como "raros"- y que han sido íntegramente regalados por amigos o conocidos sabedores de su aficción desde cualquier punto de España y del extranjero. El coleccionista, Ángel Samper Rodríguez, de 43 años, ha precisado que tal cantidad de bolígrafos acumulados pesa unos 150 kilogramos y señala que si se pusieran uno detrás de otro se superarían sin duda los dos kilómetros de longitud.

Entre las piezas que acumula -las tiene de prácticamente todos los tamaños, formas y colores- todas tienen un denominador común: el hecho de que se las hayan regalado y, por tanto, el que no haya pagado un solo céntimo por ninguna de ellas.

Algunas de las últimas adquisiciones del coleccionista -que ha reunido 4.500 piezas más tan sólo en el último año- es un bolígrafo que da una pequeña descarga eléctrica al apretar el botón para sacar la punta. También hay otro de grandes dimensiones -40 centímetros de largo por 8 de ancho- que le regaló un amigo de Zaragoza. Además, recientemente se ha hecho con otra pieza que lleva un campo magnético y parece quedar suspendido en el aire; e, incluso, ha conseguido un bolígrafo que lleva incorporado un láser que proyecta el escudo del FC Barcelona.

Todos los amigos que conocen esta curiosa afición de Ángel llevan años comprando y regalándole cualquier bolígrafo curioso que encuentren a su paso, pero su fama ha trascendido ya su círculo más cercano ampliándose también a personas anónimas tanto españolas como extranjeras que le envían bolígrafos. Éste es el caso de un ciudadano al que sin conocerlo le regaló de golpe hasta 260 bolígrafos especiales o raros.

Aunque no hay ningún registro especializado en esta materia, Samper Rodríguez cree que tiene la principal colección de bolígrafos regalados de España aunque comentó que aún está muy lejos de otras conocidas de otros países, como la colección que posee una alemana de 280.000 piezas.