Paradojas fatales
Resulta ciertamente chocante, o cuanto menos extravagante, observar los contrastes abismales de la sociedad actual, y también el enorme poder e influencia de los medios de comunicación. En nuestra rutina diaria somos constantemente bombardeados por noticias e informaciones que resultan ser aquellas que nos ofrecen, cuidadosamente seleccionadas, los grandes medios de comunicación. Y éstos seleccionan las noticias que debemos recibir cada día basados en criterios puramente económicos, nos ofrecen lo que queremos escuchar, lo que nos interesa, en definitiva, lo que se vende.
Sin embargo, basta echar un rápido vistazo a nuestro alrededor para percibir que no estamos informados, o más bien permítanme decir no queremos estar informados, ni de la mínima parte de lo que cada día sucede lejos o no tan lejos de nosotros. Durante más de cuatro meses, los medios de comunicación de medio mundo han estado, y siguen estando, pendientes de la misteriosa desaparición de una pequeña niña británica, cuyos padres resultan ser una influyente pareja de médicos católicos. Sin embargo, cada día que pasa son miles los niños que, eso sí, pertenecientes a familias mucho menos pudientes, desaparecen, mueren en conflictos armados, son mutilados, violados, secuestrados, vejados, torturados o simplemente asesinados.
Sin embargo, pareciera como si desaparecieran misteriosamente todas estas otras historias anónimas de niños sin rostro ni nombre, estas tantas otras vidas rotas cuya historia no parece ya interesar a nadie. Creo que ésta es una fatal paradoja, y algo contra lo que deberíamos actuar.
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