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Reportaje:RUGBY | Campeonato del Mundo

El partido inesperado

Francia se juega en Cardiff ante Nueva Zelanda el pase a semifinales

Francia lo tenía todo previsto. Mañana jugaría en París contra Escocia el cruce de cuartos y estaba en semifinales. Fácil. Era su Mundial, en su país, y lo diseñó a su medida. Pero calibró mal. Apareció Argentina y le amargó el debut. Así que a la primera todo se fue al garete: Francia se juega hoy (21.00, Sportmanía) la vida en Cardiff -sede concedida después del apoyo que Gales le dio a Francia para la organización del torneo- contra Nueva Zelanda. Y nadie daría un euro por su suerte. Un suicidio inesperado le ha llevado a jugar un partido que nunca debió disputar. La cita marca el inicio de la que debería ser la venganza de los All black, que quedan en disposición de pasar factura de una tacada a todas las selecciones que le han privado de la gloria en el Mundial de rugby los últimos 20 años.

La derrota inicial contra Argentina trastocó todos los planes franceses

Según lo previsto, hoy debe caer Francia, que en 1999 cerró el paso a Nueva Zelanda en las semifinales del Mundial (31-43); después, tendría que cruzarse en las semifinales con Australia -que hoy se mide a Inglaterra- y tendría la ocasión de vengarse de quien arruinó sus sueños en 1991 y 2003. En la final jugaría contra Suráfrica, que le apartó del título en 1995, en un calendario servido en bandeja de plata a la venganza: el margen de sorpresa es mínimo si se impone la razón; pero esto es rugby.

Además, Nueva Zelanda jugará hoy como en casa, pues en el estadio del Millenium la presencia de seguidores franceses será una minoría y el ambiente estará entregado a la derrota azul. La estadística también juega contra Francia: 34 veces de las 45 que se vieron las caras perdió. Emular la histórica victoria del 3 de julio de 1996 en Auckland es un recurso a la épica tan enorme que parece imposible atendiendo a los problemas para jugar a la mano. Bernard Laporte, seleccionador francés, llamado a ser ministro de Deportes, trata de jugar la baza psicológica y recurre a argucias pseudolegales para que Nueva Zelanda no juegue de negro argumentando que se parece demasiado al uniforme azul marino de Francia. Laporte utiliza la condición de local para que Nueva Zelanda juegue de plateado. Entregado a la idea de imponer el juego cerrado, jugará con Traille de zaguero tratando de aprovechar su facilidad en el placaje, al tiempo que apela a las interceptaciones en busca de la victoria en un cruce que no debió jugarse jamás.

Varios jugadores franceses, durante el entrenamiento de ayer.
Varios jugadores franceses, durante el entrenamiento de ayer.AFP

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