El grueso de lectores de revistas culturales son hombres

Las revistas culturales españolas tienen un público eminentemente masculino. No se trata de una formulación machista, sino estadística. El 75,4% de sus lectores son hombres. Y para más detalles, laboralmente activos, con elevada condición económica, estudios superiores y en su mayoría (el 46,1%) tienen entre 45 y 64 años. Éstos son los datos que arroja una encuesta sobre el perfil sociodemográfico del público de estas publicaciones. El estudio es un encargo de la Asociación de Revistas Culturales de España (ARCE) realizado por la empresa Premium 7 de 7 bajo la dirección de Teresa Osma, y fue presentado ayer en Barcelona en la última jornada de la 25ª edición de Liber, que cerró sus puertas con un balance de 12.000 visitantes.

ARCE agrupa a 104 revistas que bajo el paraguas de culturales presentan una gran heterogeneidad. Las hay de arquitectura y de arte, de literatura, de artes escénicas, de ciencias sociales, filosofía e historia, de artes escénicas, de cine, de fotografía, de música, de pensamiento, de política y de crítica. El estudio se basa en 2003 encuestas realizadas entre los suscriptores de las distintas cabeceras. Junto con los datos más vistosos, arroja un elemento interesante para los editores: el 47% de los abonados lo son desde hace más de tres años, y el 96,9% tiene previsto renovar la suscripción.

La presentación de los resultados del informe es una de las 55 actividades profesionales y culturales que se han celebrado durante los tres días de funcionamiento del salón. Liber, considerada la plataforma editorial más importante de España y Latinoamérica, alterna su sede entre Madrid y Barcelona de forma bienal; en 2008 se celebrará de nuevo en la capital catalana. Este año el salón ha convocado a 700 editoriales y empresas de 17 países. El 15% de los visitantes recibidos son extranjeros, procedentes de 60 países. Por primera vez la han visitado profesionales de China y Japón. Entre los temas más candentes debatidos en el salón se encuentra el del canon por el préstamo de documentos recogido en la reciente Ley de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas. Ayer, bibliotecarios y representantes de la Administración catalana pusieron en común sus inquietudes sobre la nueva normativa. Aunque se percibía el desagrado general por la imposición del canon, hubo consenso para no cuestionar la ley. Pero sí alertaron sobre la necesidad de acotar aspectos como qué entidad se encargará de la recaudación, qué modelo de gestión debe seguirse o si lo que se gravará es la compra de nuevos títulos (como se ha acordado de momento) o el préstamo.