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Reportaje:

Todos contra Dida

El Celtic pide que se sancione al meta del Milan por su farsa y la prensa italiana carga contra él

Eleonora Giovio

El Milan siempre se ha distinguido por su estilo. No sólo de juego, que también, sino de conducta del vestuario. No hace falta que Silvio Berlusconi o Adriano Galliani entreguen a cada miembro de la plantilla un código de conducta para que lo estudien en casa y lo practiquen fuera. No hace falta porque, dicen los jugadores, hay valores que forman parte del ADN del club lombardo. Gattuso lo confesaba a este periódico en una reciente entrevista: "Un día me convocaron en las oficinas del club pidiéndome que me controlara con los árbitros porque vestía la camiseta del Milan y no podía ir por ahí montando pollos".

Nadie los ha montado. Pero el equipo de Berlusconi ha tenido una pequeña caída de estilo y se enfrenta ahora a una posible investigación de la UEFA sobre el episodio protagonizado anteanoche en Glasgow por Nelson Dida. Brian Quinn, el presidente del Celtic, ha pedido a la UEFA que tome medidas. El Milan acababa de encajar el segundo gol en la prolongación (2-1) cuando un espontáneo saltó al campo. Se acercó al guardameta brasileño del Milan y le tocó levemente la cara. Éste, primero intentó perseguir al invasor, y luego se desplomó como un saco de patatas. Salió del césped en camilla y con una bolsa de hielo en la cara. Su intención parece clara: lograr que al Celtic le dieran el partido por perdido.

"Dida engañó. Nunca había visto nada tan extraño", dice el presidente del Celtic

Una actuación que merece un Oscar, porque las imágenes revelan que el roce entre Dida y el intruso no puede siquiera calificarse de caricia. El invasor se entregó ayer a la policía escocesa. Tiene 27 años y ha sido detenido por "altercado público". El Celtic ha decidido vetar su presencia en el estadio en casa y fuera. "No hay excusas por el comportamiento que ha tenido el espontáneo que invadió el campo. Pero el contacto con el portero ha sido mínimo y creo que habría que tener en cuenta el espectáculo que ha montado Dida. Es un engañador", declaró ayer Brian Quinn a la BBC. "Pido a la UEFA que abra una investigación porque nunca en la vida había visto una cosa tan extraña. Dida primero corre y luego se desploma. Que se lo lleven en camilla por una pequeña caricia no lo acabo de entender".

Hoy la UEFA recibirá el informe de uno de sus delegados que presenció el encuentro en directo y decidirá si abre una investigación para aclarar los hechos y estudia las posibles sanciones. "De momento no podemos hacer previsiones, pero lo que sí puedo decir es que existen antecedentes", declaró Williams Gaillard, director de comunicación de la UEFA. Y es que en 1989 el portero chileno Ricardo Rojas se autoinfligió un corte en la cara -con un bisturí, según reconoció casi un año después- durante un partido de clasificación para el Mundial de Italia 90. Logró que el partido se suspendiera al decir que se lo habían hecho los hinchas rivales al lanzar una bengala. La FIFA lo suspendió de por vida.

Dida no salió con la cara ensangrentada. Sí con una bolsa de hielo diciendo que no podía continuar. Carlo Ancelotti afirmó tras ver las imágenes que quizás Dida había "exagerado un poco". En la expedición milanista la actuación de Dida sentó mal. Pero nadie lo admitió públicamente. El club está protegiendo a su jugador de los ataques de la prensa -ayer en Italia hablaban de farsa, de caída de estilo y de pobre actuación-, pero Adriano Galliani ha impedido que el meta brasileño convoque una rueda de prensa para pedir disculpas por su gesto. "El club ha decidido mantener el silencio sobre el episodio", decían ayer en el conjunto lombardo. Algo extraño teniendo en cuenta el estilo del Milan. Dida lleva dos años sin hablar con los medios de comunicación. Se enfadó porque le atribuyeron una amante que supuestamente no tenía.

Dida, retirado en camilla tras la caricia de un espectador.
Dida, retirado en camilla tras la caricia de un espectador.AP

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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