Iniesta, una figura para todo
El centrocampista del Barça acapara los elogios de técnicos y compañeros al rendir al máximo en cualquier posición
En el cuerpo técnico no lo niegan: cada vez que un jugador habitual en la alineación desaparece de la lista, sea por sanción o por lesión, miran a Andrés Iniesta. "Es fantástica su capacidad para adaptarse. Puede jugar de todo... menos de portero", confesó Frank Rijkaard la noche del pasado martes en las entrañas del Goittleb-Daimeler Stadion. Contra el Stuttgart, lesionado Touré, el menudo jugador nacido en 1984 en Fuentealbilla (Albacete) sacó de otro marrón al cuerpo técnico. Sin futbolista potente que pudiera suplir al de Costa de Marfil, Rijkaard recurrió a un centrocampista elegante, liviano y polivalente como ningún otro futbolista de los muchos que ha generado una cantera inagotable. Iniesta tiene tanto de Guardiola como puede tenerlo de Amor, Xavi, Celades, Roger, De la Peña y hasta de Oscar Arpón. En Inglaterra conocen como sweet (dulce) a Iniesta desde que marcó el gol que derrotó a la selección inglesa en un amistoso jugado en Old Trafford (0-1).
"Puede jugar de todo... menos de portero", llegó a confesar Rijkaard en Stuttgart
Iniesta llegó al primer equipo como volante y actualmente es mucho más que un especialista. "Básicamente es un futbolista inteligente, dotado de una calidad técnicamente impresionante, con recorrido y muchos recursos", le señala Txiki Begiristain, el director deportivo del club. Debutó en el primer equipo con Louis van Gaal (2002-2003), jugó después con Radomir Antic y al llegar Rijkaard alternó el primer equipo (seis partidos) con el filial y se lesionó. Rijkaard, que se opuso a una cesión en la temporada 2004-05, le dio minutos e Iniesta se acostumbró a comparecer en escena como alternativa al franés Ludovic Giuly en el extremo. Tenía 19 años. Hoy, con 23, ha adquirido tal poder de adaptabilidad en su juego que el curso pasado, por ser útil, jugó hasta de lateral izquierdo en Anfield Road ante el Liverpool. Su último salto al vacío ha sido reemplazar a Ronaldinho en los últimos partidos, como punta izquierda. Y lo ha hecho tan bien que ha generado este elogio de Johan Cruyff: "Juega como Laudrup", escribió el legendario holandés.
Rijkaard, el martes, al término del partido contra el Stuttgart, felicitó al manchego: "Ha interpretado maravillosamente las funciones del pivote", dijo. "Lo grande de Iniesta es que, juegue donde juegue, siempre juega bien", le reconoce Xavi Hernández, que lleva años entregado a la grandeza de un chaval que tiene al vestuario rendido a sus pies: Samuel Eto'o llegó a pedir que le dieran el Balón de Oro y a Gudjhonsen se le escuchó decir, en un restaurante junto al mar, en La Barceloneta: "Mis amigos me preguntan por Ronaldinho y yo les cuento lo que hace Iniesta en los entrenamientos. Es el mejor".
"Con la calidad que tiene y los años que lleva en el Barcelona podría decirle al míster: 'No, mire, yo allí no juego, no es mi sitio y no rindo'. Pero no lo hace", explicaba Deco en Stuttgart. "Es un ejemplo porque siempre se pone al servicio del equipo, en su fútbol no hay egoísmo: juega y nos hace jugar a todos", explica el centrocampista portugués, al que le da igual verle aparecer por la izquierda, por la derecha, tenerle delante o detrás. "Iniesta es muy fiable", reconoce el portero Víctor Valdés. "Puede que a muchos les sorprenda Iniesta, a mí no. Le he visto crecer y hace lo que hacía cuando era un chaval: jugar a fútbol como nadie". A Iniesta se le reconoce tanto por su capacidad para el pase como en la recuperación, por su voluntad de aparición en el área rival como por su sentido táctico del juego, que le permite una excelente colocación en misiones defensivas. Iniesta, un mequetrefe de 11 años cuando llegó al Barcelona, siguió un exclusivo plan de trabajo físico hasta alcanzar los objetivos fijados: ha trabajado mucho en el gimnasio y en los entrenamientos. Era muy rápido y ahora además es muy resistente y más fuerte de lo que parece.
Autoexigente, Iniesta es consciente de que hay un aspecto de su juego que debe mejorar: "Marco menos goles de los que debería", confiesa el jugador manchego. Es evidente. En las cuatro temporadas anteriores, jugó 87 partidos y sólo marcó tres goles. "En las categorías inferiores no era normal meter tan pocos goles", reconoce.
Futbolista que juega mucho, habla poco y nunca se queja, sorprendentemente no es titular en la selección, aunque cada vez que aparece le salva el cuello a Luis Aragonés. Eso ha sucedido en los dos últimos partidos, cuando marcó el gol de la victoria ante Letonia y el del empate frente Islandia, puntos que permiten al combinado español mantener opciones de jugar en la próxima fase final de la Eurocopa.
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