"Sabíamos que nos la iba a liar"
Los técnicos de Osasuna valoran la llegada y polivalencia de Raúl García, "referente" de la cantera navarra y decisivo en el Atlético
La primera vez que Raúl García jugó con el Atlético lo hizo de segundo delantero. A falta de Forlán y Agüero, el centrocampista fue la pareja de baile de Mista en la ida de la Copa Intertoto contra el Gloria Bistrita, rumano. "Tuvo una actuación discreta, pero que el míster le colocara ahí da idea de su polivalencia", cuentan desde el club. La adaptación del medio, su capacidad para funcionar en distintas posiciones, convenció al Atlético para poner sobre el tapete 12 millones de euros. "Y, no nos engañemos, no se suele pagar una cantidad semejante por un futbolista de Osasuna así por así", abunda el Cuco Ziganda.
El entrenador del cuadro navarro, la que fue casa del actual medio centro rojiblanco desde los 12 hasta los 20 años, sabía los peligros que escondía el estadio Calderón. Aun así, cayó por 2-0, el primer gol de un viejo conocido. "Ah, ese tiro desde media distancia, al primer toque, sin tener que armar la pierna que le sale natural, de buenas a primeras...". Raúl García cazó un despeje de cabeza de Miguel Flaño a 30 metros de la portería de Ricardo. Le dio lo mismo que fuera un balón consagrado a las alturas. Le salió un chutazo imparable, seco, pegado a la cepa del palo. "Ésa entró, pero también tuvo otra que se fue fuera por poco... ¡Ya sabía yo que nos la iba a liar con un par de ocasiones!", dice Jesús Corera, director del fútbol base de Osasuna. Igual que él, Ziganda lo vio llegar y no pudo hacer nada para impedirlo: "Le teníamos calado. Le conocíamos de sobra y, aun así, nos la hizo. ¡Y eso que avisé a Vela, el que estaba más cerca! 'Cuidado con él', le advertí, pero nada. Cuando a Raúl le das un metro...".
"Nos entendemos muy bien. Juega a uno o dos toques y lo hace todo más fácil", dice Maniche
"Con la lesión de Motta me he tenido que situar un poco más atrás. Intento ayudar al equipo en lo máximo posible y además hablar con los compañeros y sacar el carácter que tengo... Se me nota cuando algo no me gusta, no lo puedo disimular", asiente, estricto, tímido, humilde, Raúl García. A nadie en Osasuna le extraña su estado de gracia. Su papel es determinante en la racha del Atlético, la mejor con Javier Aguirre: cuatro victorias seguidas, 12 goles a favor, 370 minutos imbatidos... "Lo de Raúl va más allá de que lleve dos goles con el Atlético. Destaca por ser muy completo", recalca Corera, que le vio "crecer desde que le captamos en un torneo de Navidad para escolares". El responsable de la cantera de Tajonar no admite dudas. Raúl García es "el mejor referente que ha dado la casa". "No existe el futbolista perfecto, pero es completísimo: una zancada muy grande, un salto de cabeza portentoso... Hasta le puedes poner de segundo delantero y te arregla el lío". Maniche tampoco se guarda piropos: "Nos entendemos muy bien. Juega a uno o dos toques y lo hace todo más fácil".
Aguirre, el único preparador que ha repetido en el banquillo colchonero desde Luis Aragonés, exigió la llegada de la promesa rojilla. "Está claro que para mí fue más fácil haber empezado con un entrenador que ya conocía. Sabía de sus formas de trabajar y también conozco al resto del cuerpo técnico. Es positivo, pero también es más exigente", reconoce el medio, de 21 años.
"Es muy templado para su edad. Ha evolucionado por etapas, no como otros chavales que quieren llegar al estrellato enseguida", le alaba Corera. Desde luego, Raúl García sabe donde se ha metido: "El Atlético ha pasado por una época muy larga de transición. Ha estado siete años intentando salir por completo del tema judicial, de las consecuencias de un descenso a Segunda... Ahora, sin embargo, parece que el proyecto va hacia arriba".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.