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Reportaje:Fútbol | Segunda jornada de la Liga de Campeones

"Queremos una bella venganza"

El Roma vuelve a visitar al Manchester United cinco meses después de caer por 7-1

"Nunca vi algo igual en mi vida". Edwin van der Sar, un portero viejo en recuerdos, todavía no ha salido de su asombro. Van der Sar recibió un gol el 10 de abril de 2007. Fue en los cuartos de la Champions. Y, dado el escenario, la tensión, el valor de lo que había en juego, a cualquiera le habría sorprendido su indiferencia. No a sus compañeros del Manchester United. No a sus rivales del Roma. No a la gente que abarrotó el estadio. El marcador lo explicaba todo: Manchester United, 7; Roma, 1. "No es que el Roma jugara mal. Es que nosotros estuvimos bien, muy bien". Cinco meses después, el Roma vuelve al lugar del crimen (20.45, Canal + Deportes).

La goleada fue recibida con un grito unánime por la grada: "¡Queremos ocho!" Ni un paso atrás. Ni un respiro. El enfrentamiento entre las dos aficiones es radical. Hubo cargas policiales contra los ingleses en Roma. Peleas con regusto a venganza en Manchester. Y un vídeo, publicitado ayer, que Totti, la gran estrella del Roma, le ha mandado a Carly Lyes, de 23 años, golpeada insistentemente entonces por la policía italiana.

El vídeo de Totti pide disculpas. Sus palabras a la prensa, batalla. "Queremos una bella venganza". dijo el capitán italiano; "el equipo tiene una gran voluntad de revancha. Hay que jugar como si fueran unas semifinales. Hay que demostrar que, si jugáramos otras 100 veces, sería imposible que nos metieran siete goles".

La destrucción del Roma llevó la firma de Cristiano Ronaldo. El portugués marcó dos goles. Agitó el partido a empellones. Y cerró el encuentro, "el mejor de la Copa de Europa que se ha visto en Old Trafford", según Alex Ferguson, su técnico, con honores de superestrella. "Es el mejor del mundo. De largo", le alabó Rooney.

El Roma vivió aquel desastre, al que había llegado con una ventaja de 2-1 tras el primer partido, como una humillación. Distinguidos por encarnar al lado alegre del fútbol italiano, los hombres de Spalletti no necesitan impulsos externos para enfrentarse al Manchester United. El vestuario es una caldera. "Tenemos que usar aquella derrota como algo que nos dé fuerza y nos encienda", avisó ayer Mancini.

Suenan tambores de guerra. El United recibe a un equipo herido. Y hay miedo a las consecuencias. "Quieren tomarse la revancha", dijo Ferguson; "es normal. El árbitro debe controlarlo. Nuestra victoria fue única. Nunca se volverá a producir".

Totti, durante un entrenamiento.
Totti, durante un entrenamiento.AP

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