Nihat está de vuelta

Hay deportistas que no vuelven a ser los mismos tras sufrir una lesión grave. Las estadísticas así lo dicen. Si la dolencia se repite, el porcentaje de fracaso se eleva considerablemente. Nihat Kahvecic (Estambul, 23 de noviembre de 1979), padeció una de las peores lesiones que puede sufrir un futbolista: la rotura de ligamentos en una de sus rodillas. El turco, con 20 meses de diferencia, la ha sufrido dos veces.

En febrero del 2005, Nihat se rompió el ligamento cruzado de su rodilla izquierda siendo jugador de la Real Sociedad. Al delantero se le implantó un injerto de cadáver que hizo las veces de ligamento. Nihat volvió a estar listo en el inicio de la temporada siguiente, en la que su registro goleador menguó (consiguió anotar siete goles en 32 partidos) a la vez que su aportación al conjunto donostiarra. A pesar de sus números, el Villarreal se hizo con los servicios del turco, que concluía contrato con la Real. El club castellonense confiaba en la plena recuperación del jugador que tenía que acompañar a Forlán en el ataque en la pasada campaña. Tras un comienzo nada halagüeño, la rodilla izquierda de Nihat se volvía a destrozar en una acción fortuita en un entrenamiento en noviembre del 2006. El nuevo ligamento no aguantó.

Para cubrir la ausencia de Nihat, el Villarreal se hizo con el danés Tomasson procedente del Stuttgart en el mercado invernal. Para suplir el vacío dejado por la marcha de Forlán al Atlético, el club que preside Fernando Roig invirtió 10 millones de euros en Rossi, una joven promesa italiana. Con el estigma de las lesiones a cuestas, a Nihat se le consideraba un buen complemento más que una primera solución. La personalidad del turco y su recuperación física ha revertido la situación. Dos goles en Liga ante el Mallorca y Racing y dos más en el encuentro de la primera ronda de la UEFA ante el Bate, han proyectado al turco al primer plano.

El resurgir de Nihat coincide con el buen momento del equipo amarillo, que viene alargándolo desde el final del campeonato pasado. A mitad de temporada nadie imaginó un final tan feliz. El conflicto entre el club y Riquelme, que tuvo que marcharse cedido al Boca Juniors, dejaron huérfano al Villarreal de su líder natural. Sin Román, el conjunto castellonense se vulgarizó. Tuvo que democratizarse y aprender a vivir sin su estrella. Y lo hizo de forma espectacular. Venció en las ocho jornadas últimas del campeonato y le alcanzó para meterse en la UEFA. La recuperación de Pirès, que también sufrió una rotura de ligamentos, fue fundamental.

El Villarreal ha sabido prolongar el placer. Tras una pretemporada inmaculada, el arranque de campaña está siendo igualmente exitoso. Salvo el accidente ante el Madrid (0-5) en la segunda jornada, el conjunto de Pellegrini ha ganado sus otros cuatro partidos y la eliminatoria de la UEFA la tiene prácticamente solventada tras el 4-1 de la ida.

Si se echa un ojo a la plantilla no es de extrañar el rendimiento. El centro del campo del Villarreal es de auténtico lujo con Pirès al mando, Matías Fernández, Cani, Cazorla, Senna, Josico y Mavuba, el francés que aún no se ha estrenado en la Liga. Recambios para todos. La rémora histórica del Villarreal, su sistema defensivo, comienza a mostrar solvencia. Los cinco goles que ha recibido Viera, cada vez más afianzado en el marco, se los hizo el Madrid. El resto ha mantenido la portería a cero, mientras en el ataque el sorprendente Rossi y el resucitado Nihat se han hartado de marcar diferencias.