Los funcionarios imputados por el accidente en la A-7 se eximen de culpa

El jefe de Demarcación de Carreteras del Estado de Andalucía Oriental, Juan Francisco Martín Enciso, y el ingeniero director del Proyecto de Ejecución del tramo Herradura-Taramay, Pablo Jiménez Barreda, eludieron ayer sus responsabilidades en el accidente de la autovía A-7 a su paso por Almuñécar (Granada), en noviembre de 2005, que acabó con la vida de seis trabajadores.

Según el dirigente de UGT, Francisco Ruiz Ruano, ambos, que prestaron declaración ante el juez durante varias horas, "centraron la responsabilidad en el coordinador de seguridad"; después de que el juez imputara a seis personas por posibles incumplimientos en seguridad laboral en las obras del viaducto. Según Ruiz Ruano, el ingeniero "no obró como debería". "Ha reconocido que no redactó el estudio de seguridad, pero sí desarrolló y ejecutó el proyecto, por lo que el coordinador de seguridad dependía de él", añadió.

Las revisiones de la cimbra siniestrada se hicieron de "forma visual y sonora", declararon los imputados; algo que sorprende a UGT que considera necesarias "radiografías" al menos en las soldaduras más importantes de la cimbra para detectar situaciones que pudiesen presagiar algo. Según Ruiz Ruano, ambos responsables han lanzado "botes de humo" sobre sus posibles responsabilidades, después de que en la obra no se hicieran revisiones, ni se adoptaran medidas para "detectar defectos en las soldaduras que no fueran apreciables a simple vista".

Por su parte, el secretario provincial de CC OO en Granada, Rafael Roldán, coincidió con UGT en que los declarantes eludieron su responsabilidad y se la atribuyeron al coordinador. Roldán acusó a los imputados de "echar balones fuera" en la declaración, a la que seguirán la de los responsables de la Unión Temporal de Empresas La Herradura, su coordinador de seguridad y responsables de Estructuras y Montajes Prefabricados, los días 8 y 9 de octubre.