"Estoy encantado con un 5-5"

Una mirada limpia y fresca llega a la Liga. Una apuesta atrevida. En su primera experiencia en el Bernabéu, Unai Emery (Fuenterrabía, Guipúzcoa; 35 años) les ha prohibido a sus jugadores el miedo y la mitificación. Les pide "naturalidad" y fidelidad a sí mismos, lo que supone jugar con un 4-3-3. Su padre y su abuelo fueron porteros: este último ganó una Copa con el Real Irún "en los años treinta".

Pregunta. ¿Un equipo pequeño puede dar espectáculo?

Respuesta. Sí. Todo jugador de Primera está ahí porque se lo merece, y tiene capacidad para hacer un fútbol que pueda atraer, ofensivo y con goles.

P. ¿Cómo el Recreativo el curso pasado?

R. Tuvo unas señas de identidad muy claras y un nombre: Marcelino. Sí, es un referente.

P. ¿Cómo se combate el miedo del Bernabéu?

R. Creo que día a día. Reconozco que un entrenador cansa, porque crea un clima de exigencia constante. Hay desgaste.

P. ¿Cómo motiva?

R. Procuro que el jugador sienta la motivación sin que nadie se la pida.

P. Detaca el juego a balón parado del Madrid. ¿Qué más?

R. La gran capacidad ofensiva le da un cierto desorden defensivo.

P. También ha subrayado su calidad física.

R. Diarra, Sergio Ramos, Drenthe, Van Nistelrooy, Sneijder... Son altos, fuertes, corpulentos.

P. ¿Sneijder?

R. Tiene un golpeo de balón muy bueno, movilidad, capacidad de sacrificio y técnicamente es fantástico.

P. ¿Va a jugar con un 4-3-3?

R. Empecé con un 4-4-2, pero me adapté por los jugadores al 4-3-3 en el Lorca, y aquí también nos va bien.

P. ¿Qué técnicos son su referencia?

R. De todos he cogido cosas buenas. Toshack, Irureta, Manzano, Luis César...

P. ¿Benítez?

R. Sus equipos saben lo que quieren y cómo ir a por los partidos. En muchos entrenadores que yo he tenido, no ya Benítez, siempre se ha hablado del equilibrio defensivo. En cambio, la falta de movimientos ofensivos ha sido un defecto que he visto en mi carrera. El equilibrio ofensivo es tan importante como el defensivo. Hay entrenadores que están encantados con el 0-0. Yo estoy encantado con el 5-5. La esencia del fútbol es el juego, y el juego es un espectáculo. Consigo lo mismo y el público disfruta.

P. Pero el ataque depende del talento de los jugadores.

R. El talento es necesario, pero el talento coordinado, mucho más. No puede ser que uno centre el balón y vayan dos al primer palo. Y eso hay que trabajarlo o que ellos se conozcan tanto que lo aprendan solos.

P. ¿Le gustan los extremos?

R. Prefiero la polivalencia y la movilidad más que los extremos puros. En nuestro 4-3-3, los dos de banda están cerca de la portería contraria. Me gusta que la banda la ocupen los centrocampistas o los laterales, sin tener referencias de marcas. Claro que si tienes un Joaquín, hay que aprovecharlo. Pero dándole más funciones: gol y más presencia cerca de portería.

P. ¿Qué equipos admira?

R. Con 11 años vi a la Real Sociedad campeona de Liga. Ya con 18, la de Toshack. ¡Qué espectáculo! Y cuando ya era futbolista, el Barça de Cruyff.

P. ¿Se abre un abismo con los técnicos tradicionales?

R. Un entrenador, hace 15 años, no tenía posibilidades de ver un vídeo. La gente se tiene que actualizar.

P. Humildad y ambición son sus máximas.

R. Sí. Ni me planteo ser entrenador del Madrid u otro grande.

P. Explique el milagro de pasar de jugador a entrenador, en el Lorca y lograr el ascenso.

R. Conocía bien la plantilla. Tenía 33 años. Me adapté enseguida y los jugadores, también. Debuté en enero y el equipo, que estaba a mitad de tabla, fue escalando. Funcionó el revulsivo y quise darle una identidad a mi gusto: crecer en autoestima.

P. ¿Lo peor de ser entrenador?

R. Tener 25 jugadores y entender a todos. Es necesario y un desgaste enorme.

P. ¿El futbolista es más inmaduro que el baloncestista?

R. En el baloncesto juegan todos. El compromiso, el apego, la cercanía y la adaptación al grupo es más fácil.

P. ¿Cómo prevé su primera temporada en Primera?

R. No veo más allá de un mes. El objetivo del club es la permanencia. El mío y el de los jugadores, mejorar y, a corto plazo, ganar el próximo partido.

P. ¿Tiene debilidad por los jugadores técnicos?

R. Por los jugadores completos. Los necesito mentalmente fuertes, físicamente preparados, tácticamente disciplinados, comprometidos, concentrados y que puedan mejorar. Siempre me ha llamado la atención Ibrahimovic. Y Van Nistelrooy.

P. ¿Qué tipo de futbolista fue?

R. Un zurdo tecniquillo. Con calidad, pero un poquito frío y endeble. Me faltaba la disputa, la potencia. Aún así, jugué siete años en Segunda, cinco partidos en Primera con la Real, cinco en el filial en Segunda B, y un año en el Lorca. Unos 14 años.

P. ¿Cómo vive el fútbol?

R. Le dedico mucho tiempo. He sido entrenador por vocación y eso me ha hecho pasarme un poquito. Mi mujer me lo hace ver, que tengo un hijo. Si uno quiere, el fútbol da 24 horas.