La música leída
Nos encontramos en el momento de la historia en que se escucha más música y en múltiples soportes. Pero, en contra de lo ocurrido con la industria musical, el desarrollo de las nuevas tecnologías ha beneficiado a la edición musical. Ésa es la opinión de Enrique Espinosa, propietario desde los setenta de una caseta, especializada en libros y publicaciones relacionados con la música, en la madrileña Cuesta de Moyano, y Jesús Gil, de la librería El Argonauta, inaugurada en mayo de 2004. "En la red se encuentra casi todo y aquellos que quieren saber un poco más de un tema acaban buscando libros en internet o en las tiendas", añade Gil. Según estos curtidos libreros, la literatura musical vive una explosión lenta de títulos que arranca en los años ochenta, con la explosión que supuso la movida, y que llega hasta nuestros días.
Tras esa pasión contenida
por la edición musical se encuentra un puñado de editoriales -Ramalama, Milenio, La Máscara, Ma non troppo, Celeste, Gamuza Azul
Alba Editorial o Cátedra, entre otras- que compaginan la música con otras áreas o que viven exclusivamente de un mercado que se mantiene con tiradas bajas y ventas medias que pueden rondar los 3.000 ejemplares. En la estela que dejó una editorial como Júcar, los nuevos editores ofrecen, en general, libros bien editados y traducciones cuidadas para un lector que se corresponde con una generación que creció escuchando vinilos y que oscila entre el aficionado y el musicólogo o los profesionales del sector.
El mercado del libro de la música en España se rige fundamentalmente por la referencia extranjera y, especialmente, por los clásicos del pop y del rock. Grupos como los Beatles o músicos como Bob Dylan disponen ya de una extensa bibliografía y los nuevos títulos sobre ellos no paran de engrosar los estantes. Del poder de Bob Dylan sabe mucho Julián Viñuales, editor de Global Rhythm, cuya carrera arrancó del lado de la discográfica en 2001 en Barcelona, para acabar inclinándose del lado editorial. La publicación de Crónicas, las memorias de Bob Dylan, de las que ha vendido cerca de 12.000 ejemplares acabaron por lanzarle en el medio. Viñuales reconoce que se encuentra anclado en la música que se realizó entre los años sesenta y ochenta. "¿Se ha hecho algo mejor después? Basta acercarse a una de las pocas tiendas de discos que sobreviven para darse cuenta de que no", añade. En verano ha lanzado una biografía de Billie Holiday y otra de Ray Charles y ya prepara una traducción sobre cómo se grabó Sgt. Pepper. En octubre lanzará una nueva colección dedicada al ensayo musical y en estos momentos compra derechos de libros que publicará en 2009.
De entre los que apuestan por auténticas novedades, destaca Zona de Obras, que se ha atrevido con un libro de entrevistas sobre Julieta Venegas que posiblemente tendrá continuación con nuevos títulos, dedicados a otros artistas el próximo otoño, o Rama Lama, que acaba de editar La mala fama, de la artista gráfica Ana Matías, en el que recupera la memoria del mítico bar madrileño a través de las polaroid que disparó sobre amigos como Alberto García Alix o Cristina Rosenvinge.
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